Siempre quisimos hacer este libro pero nunca tuvimos el valor para hacerlo. Mi parte
La primera vez que te vi
Apenas tenia 13 años, me desperté nerviosa por mi primer día de clases...me levante mas temprano de lo debido, no entendía como ponerme ese uniforme todo holgado y peor acomodar aquella boina, con sueño y vestida mi agarre el cabello con un peinado que no estaba acostumbrada sin duda no me iba a gustar este año, al bajar agarre mi mochila vacía con apenas un cuaderno y una pluma, fui al carro donde mi mama estaba esperándome.Llegue aquel colegio donde me parecía inmenso a comparación de mi antigua escuela. Apenas ingrese un oficial me pregunto que curso iría y le dije Noveno, forme junto a un montón de chicas que tenía el mismo uniforme holgado...una niña se acerco y me ayudo a ponerme la boina.
-¿Como te llamas?- me pregunto acomodando mi boina
-Nohelia- le dije con vergüenza
-Soy Milena- dijo poniéndose atrás de mi
En medio de esa formación militar no lograba entender nada de lo que decían, aquella niña me guiaba y no se separo de mi hasta llegar al curso. Apenas ingresamos no parábamos de conversar, conocí mas amigas de ella y sin darme cuenta en un mes de me acostumbré a los peinados y sus reglas, encuentre de una manera tonta a la persona que se convirtió mi mejor amigo. Bajaba de las escaleras riéndome con Milena y en medio de esa conversación lo vi, moviéndose de un lado a otro y mirando a la nada.
-¿Que haces solo y despistado?- dije riéndome con mi amiga que ya lo conocía.
-Esperando a mi hermana- dijo tímidamente y riendo.
Era el chico tímido pero que siempre estaba rodeado de amigos, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba en mi curso pero a partir de ese saludo extraño conversábamos y al final del día estaba rodeada de buenos compañeros. Estaba en un receso conversando y cuando suena el timbre un chico de tez morena, algo delgado y de baja estatura aunque a mí todos me quedaban altos, se acerca y me da la mano.
-Hola mucho gusto, me llamo Marcos- dijo casi no mirándome y con apuro.
-Yo Nohelia- sonreí pero apenas termine de decirlo se fue.
Entendí que se había acabado el receso y quizás por eso se fue, trate de justificarlo...aunque al pasar de los días no lo volví a ver , recuerdo un día mientras hablaba con Milena decirme que el estaba en su expreso aunque para mi pasaba desapercibido. Conocía a diferentes chicos aunque era una inexperta en el amor. No entendía por que me decían que yo le gustaba y que no paraba de hablar de mí, un día estaba en clases y me enteré que se me iba a declarar ,yo sin creer seguí ignorando lo que me decían. Nunca paso nada aunque de vez en cuando no entendía por que me ponía nerviosa.
Estaba cansada esperando mi expreso , la ultima clase me desgasto...odiaba las matemáticas.
-Hola, como estas- me saco de mis pensamientos
-Cansada y tu- dije mirándolo aunque ese moreno no podía sostener la mirada.
Me parecía tierno desde un principio, era igual de tímido que yo pero siempre fui más arriesgada. Mientras me explicaba como le fue en su día yo comía mi pan de chocolate. Aunque eran 30 minutos hablando se sentía como 30 segundos.
-Tanto te gusta ese pan- dijo de manera irónica
Yo riéndome le asentí, me tenía que ir pero no quería...No me gustaba pero sentía una atracción muy fuerte y no entendía por que. Todos las salidas era lo mismo, conversábamos y cada vez sentía que me tenía mas confianza... A pasar de los días me daba nervios verlo, trataba de arreglarme y ser más atenta, su modo de tratarme de manera dulce e inocente me gustaba, aunque me abrazaba y se iba de los nervios. Estando por el segundo Quimestre ocurrió un cambio de mando donde quede en segundo cargo y estaba mas que nerviosa por que nunca había participado en eso.
Me puse el uniforme bravo militar, forme y en medio dé ceremonias cívicas me dieron mi diploma...yo muy emocionada con mi mamá, me llega una caja.-Para mi encargada-Decía la nota y por dentro de la caja venían muchos chocolate
Nadie era tan original y único en los detalles como el, en salida cuando lo intenté buscar el estaba con mucha vergüenza y yo estaba mas que feliz. Mediante los días iban avanzando era la misma rutina donde esperabas que sea salida para tener aunque sea unos minutos para verlo. Pero luego de un tiempo muchas cosas cambiaron.
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La verdad
RomanceTodos hemos tenido un amor de la adolescencia donde te choco tanto que siempre lo recordarás. Este libro te podría sorprender por la mezcla de romance junto a la realidad que nos ciega.