Opposite poles

1

Betty Cooper salió de su casa directo a su escuela, perdida en sus pensamientos.
Era de esos días en los que básicamente se preguntaba: ¿Que hago acá?

Pero cuando se encontraba cerca de dicho lugar freno en seco, y no dudó ni dos veces para devolverse, lo menos que quería ahora era entrar allí.

Se sentó debajo la sombra de un árbol en el parque y prendió uno de sus cigarrillos.

Su mirada se perdió en Jughead Jones, el chico más popular, guapo, y atlético de la escuela, quien estaba sentado a una moderada distancia de ella.

Realmente no le importaba, total, solo usaba a las chicas como marionetas, sus juguetes—Maldito idiota—Penso.

Desvío su mirada y volvió a enfocarse en su cigarrillo, con sus ojos cerrados, con su cabeza apoyada en el árbol.

—¿He olvídalo mi cajetilla, me permites uno?

Escuchar la voz de jughead hizo que abriera nuevamente sus ojos—¿Quien dice que te brindaré uno?

Los estudiantes que pasaban por el lugar se quedaban con la boca abierta al ver la escena, realmente nadie le había contestado al mismísimo jughead Jones de semejante manera.

—Porque te lo estoy pidiendo de una manera muy amable, cooper.

Se puso de pie—Bueno, mejor suerte para la próxima.

—¿Porque eres tan malditamente amargada?—Expreso este, molesto.

Frunció el ceño—Ese no es tu problema—Ambos comenzaron a desafiarsé con la mirada.

Los alumnos comenzaron a susurrar y a decir cosas inentendibles—No tengo tiempo para discutir con idiotas—Ella agarro sus cosas y se retiró de alli, hecha una furia.

—Es una tonta—Hablo Cheryl blossom, su mejor amiga—Podemos ir a comprar una, no tienes que humillarte a una vagabunda como ella Jugh—Cruzo sus ojos.

Lo agarro de su brazo y se dirigieron a la escuela, con su cabeza en las nubes, y la mirada de los alumnos en el.

Por otro lado, Betty se introdujo en un parque deshabitado y solitario, no quería saber nada de nadie, ni siquiera de ella misma.
Solo quería estar metida en su mundo, sentir tranquilidad.

Saco de su mochila una botella de vodka y la bebió por completo en cuestión de unos minutos.

¿Estaba destrozada? Si, tal vez, pero muchas veces las apariencias engañan.