4. Una luz en mi oscuridad-Mewgulf (Terminada)

Capítulo cuatro

Luego de tomarse una ducha, Mew ayudó a Gulf para que este también pudiese asearse.

El moreno sonreía feliz bajo el agua pues estaba muy contento por la suerte que había tenido.

Tras terminar en la ducha, este cogió la toalla donde su compañero le había indicado y tras secarse, se puso su ropa limpia y salió del baño, agarrándose a las paredes.

—¿Mew?

—Estoy aquí, sigue avanzando y llegarás a mi lado—le dijo este.

—Umm huele delicioso, ¿Estás cocinando?

—Si, ¿no querrás morirte se hambre verdad?

Gulf negó esbozando una tierna sonrisa.

—Déjame ayudarte...tengo mucha práctica, ¿Sabes?...aquí donde me ves, suelo ayudar mucho a mi abuela.

—Eso es genial— Habló Mew extendiendo su mano para que este lo sujetase—...entonces dejaré que me  ayudes también.

Tras terminar de preparar la cena, ambos chicos caminaron hasta la mesa y tras asegurarse de que Gulf estaba bien sentado, su compañero llevó todos los platos a esta.

—Deja que te sirva.

—No, no es necesario...puedo hacerlo solo, tranquilo.

Con una seguridad pasmosa, Gulf se guió por sus otros sentidos ligeramente más desarrollados y comenzó a servirse la comida en su plato, al igual que se echó el agua en el vaso.

—Hey, ¿Seguro que tu eres ciego?, ¿No estarás mintiéndome verdad?— le preguntó entre risas su asombrado compañero.

Gulf negó.

—Te he dicho que podía hacerlo...tengo mucha práctica.

Esa primera noche fuera de su casa, le recordó un poco a la primera vez que lo hizo después del accidente y luego de abandonar el hogar que había conocido desde siempre.

Tan solo que en esta ocasión estaba feliz y tranquilo, a pesar de que extrañaba mucho, el beso de buenas noches de su querida abuela le daba antes de irse a dormir.

Le costó conciliar el sueño pues además de que en la cabeza tenía un millón de cosas, proyectos, ilusiones y ambiciones, además tenía un compañero que hablaba en sueños.

Mew estaba en su cama completamente dormido y en medio de su inconsciencia, mantenía una conversación con alguien con el que reía y discutía.

Gulf no quería ser entrometido, ni tampoco despertarle, así que mientras no se pudo dormir, escuchó con atención.

…—Lo sé y lo siento...perdóname no quise llegar tarde...(risas)...oh si, vamos, vayamos juntos a ese lugar...te quiero(risas)...eres mi principito....

(...)

A la mañana siguiente, un sonido muy familiar lo despertó.

—Son las siete de la mañana—dijo la programada voz de su despertador.

Tras levantarse, notó unas firmes manos que lo sujetaba de la cintura y sin poder evitarlo, sonrió.

—Buenos días Gulf, ¿Has descansado bien?—habló Mew.

—Oh si muy bien, gracias.

—Bien...ve a asearte tu primero, ya preparé tu ropa puedes cogerla en la cómoda o te la alcanzó.

—No, deja yo lo haré...debo habituarme a este nuevo espacio.

—Ok, chico valiente, mientras yo prepararé el desayuno.

—Si, gracias Mew.

Sonriendo nuevamente, caminó a tientas hasta la cómoda y tras sentirla con sus pies palpó para hallar su uniforme y su toalla y a continuación se adentró en el baño.

A los diez minutos, este salió totalmente arreglado, dejando a su compañero gratamente sorprendido, una vez más.

—Perfectamente vestido y peinado...empiezo a sospechar que tu no eres ciego—habló este con  una irónica sonrisa.

—Si, si lo soy—Gulf se sonrojó mientras asentía—Ya te dije, es práctica.

Tras el rico desayuno que su compañero había preparado, ambos terminaron de recoger sus respectivas cosas y se dispusieron a irse.

—Bien, estoy listo—afirmó el moreno parado frente a la puerta.

Mew se aproximó, le cogió de la mano  y sonriendo rozó su nariz con la de este.

—Entonces vamos allá, mi valiente guerrero.

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Me gustaría saber vuestra opinión sobre como va la historia hasta ahora, ¿Os está gustando o no?, no sé decirme algo, porfa.

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