Todo Empieza A Caer

455 54 5
                                    

Michael no durmió, se dedicó a observar a su amada dormir en su cama mientras sujetaba su cálida mano.

Aún recuerda cada detalle del momento en que la vio por primera vez...
 
 
 
Él aún era un niño, aplastando con su pulgar las hormigas que caminaba en la ventana de la sala en casa de su abuela, estaba muy concentrado en su "juego" hasta que vio un a un perro acercarse a su jardín delantero, sonrió al pensar en que había encontrado algo nuevo con que jugar, pero su atención se enfocó en la persona que seguía al animal.

"Brillante"


 
Fue la primera palabra que se le vino a la cabeza cuando vio una melena gris destellar bajo los rayos del sol, una chica golpeó su muslo con la plana de su mano tres veces y el perro fue hacia ella, incluso él sintió que también debía ir con ella. Solo vio como ella se alejaba por la cera hasta que no pudo pegar más su cara a la ventana.

La nombró como "Anciana sin arrugas", un término bastante curioso y divertido que actualmente lo avergonzaba pues demostraba su ingenuidad como niño, y llegó a esa conclusión basado en qué ella era tan alta como un adulto y algunas de las mujeres mayores que a veces veía pasar en la calle tenían el cabello gris. Su abuela aún no le explicaba que los niños no se convierten en adultos de un día para otro, sin embargo su caso fue diferente, siempre lo fue.
 
 
 
Y ahora la tenía justo enfrente, era difícil creer que estuvieran justos después de todo lo que había sucedido.

Ahí estaba ella, como le había prometido.

Durante sus visitas nocturnas hablaban de cualquier cosa, bromeaban sobre cosas sin importancia, recordaban cosas del mundo antes del apocalipsis y se amaban.

Pero él había puesto atención en cada detalle.

Ella masajea su cabeza por el dolor que los broches de la peluca le causan.

Ella está cansada de levantarse temprano.

Ella se abraza a sí misma para sentirse segura.

Ella a veces se queda con la mirada perdida.

Ella tiene pesadillas.

Ella llora mientras duerme, pero sus lágrimas se secan antes de que despierte así que no se da cuenta de ello.

Ella ya no canta.

Ella brilla, pero no con la misma intensidad.

Y Michael tenía miedo de que su estrella se apague por completo.

Una pregunta lo aterra: "¿Cómo podría evitar que ella atraviese todo ese dolor y sufrimiento?".

Él sabe la respuesta: "Nunca hubieras aparecido en su vida.".

Tenía razón, pero era demasiado egoísta para tan solo pensar en la posibilidad de no tenerla con él.

Ya no quería seguir con su debate interno, observó la hora y se dio cuenta de que ya debía regresarla a su habitación. Chasqueo los dedos y el cuerpo de la chica desapareció.




♦️♦️♦️

 
 
Un golpeteo en la puerta despertó a (Tn), cuando abrió los ojos se dio cuenta de que ya estaba en su dormitorio, seguramente Michael la había llevado hasta ahí como las otras noches en las que se queda dormida. El ruido de la puerta no se detuvo hasta que se puso de pie y abrió la puerta.
  
 

 
- ¿Mallory?-

- Lamento molestarte tan temprano, Stella. Es que se me acabó el hilo y Coco no deja de presionarme para que termine de coser las mangas de su vestido.- Explicó de manera apresurada la gris.

- Pero son las...- Volteó a ver el reloj del tocador. - Las 5:40 de la mañana.-

- Está despierta desde las 5 para que Gallant la peine.-

- Pasa.- Se hizo a un lado y la castaña entró. - Puedes sentarte si quieres.-

- Gracias.- Susurro para no despertar a Jade.

 

 
(Tn) abrió el cajón de su ropa y sacó una cajita metálica, comprobó que en el interior aún tuviera una madeja de hilo blanco.

  

- Ten.- Le dio la caja y frotó su cara con ambas manos, no faltaba mucho para que su alarma sonará y aún se sentía muy cansada.

- Muchas gracias, en verdad lamento haberte despertado...-

- Ey, descuida. No pasa nada.- Sonrió sentándose a un lado de la chica con lentes. - Para eso están las amigas.-

- Tienes razón.- Observó la cajita en su manos, meditando si era buena idea hablar o no. - Hay algo que tengo que decirte Stella.-

- ¿Qué pasa Mallory?-

- Me he sentido... Un tanto rara, desde hace tiempo y...- Dejó de hablar en cuanto el recuerdo de lo que pasó en la entrevista apareció.

- ¿Rara?, ¿En qué aspecto?-

- El día de la entrevista vi algo muy extraño... Algo horrible. Langdon no es quien dice ser.- Tomo la mano de su amiga. - Tenemos que advertirle a los demás.-

- ¿Qué?-

- Tenía pensado decirle hoy a Venable antes del baile, sé que ella tiene discusiones con Langdon y...-

- Mallory espera, no puedes hacer eso.- Interrumpió a su compañera.

- ¿Por qué no?-

- Porque... Todos aquí quieren un lugar en el Santuario. Si se enteran que tú estás en contra de él, los demás podrían lastimarte para quedar bien frente a Langdon.- La ojiverde parecía asustada y ni siquiera ella sabía el motivo. - No te expongas.-
 
 
 

Una tercera voz las asustó a ambas, Jade se incorporo y observó confundida a sus amigas.
 
 
 

- ¿Mallory?- Se frotó el rostro quitando mechones de su cabellera.
-¿Qué hora es?-

 

Justo en ese momento sonó el despertador y la chica de lentes se levantó rápidamente.

 

- Debo irme. Te traeré más tarde esto, Stella.- Y sin dejar que alguna de las otras dos chicas dijera algo salió por la puerta.

- ¿De qué me perdí?- Preguntó Jade.

- Nada, solo vino por hilo y aguja.- Suspiro y apagó la alarma. Le tiró su almohada en la cara a Jade, haciendo reír a su amiga. - Levántate ya dormilona.-

- ¡Ey!- Se quejó entre risas e hizo lo que su amiga le dijo.


 
(Tn) fue a la cocina, su trabajo termino temprano por orden directa de Venable, todos debían tener tiempo de preparar sus vestuarios y máscaras. Otros grises se encargaron de decorar, organizar y limpiar la biblioteca para el baile.

Mientras tanto en la cámara de limpieza se encontraban Venable y Mead recolectando el veneno de algunas serpientes que lograron cazar en los ductos de ventilación. Los reptiles se retorcían bajo las manos de ambas mujeres y no tardaron en mostrar sus afilados colmillos facilitando la tarea, en un frasco vaciaron todo el veneno y con jeringas tomaron el tóxico líquido para inyectarlo en las manzanas.

Por otro lado, Langdon estaba en su oficina caminando en círculos pensando en lo que ocurriría más tarde, estaba hecho un lío completamente. Tenía años sin sentirse tan ansioso por algo, pero desde que volvió a ver a (Tn) a los ojos sabía que su mundo se estremecería, la cuestión era lograr mantenerse de pie.










































Últimos capítulos.

El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora