El tan esperado día finalmente llegó, todo estaba en perfectoorden. La maquillista me dio el último retoque y luego me dirigí a las escaleras para hacer mi entrada triunfal, no puedo negar que estaba hermosa, todos me miraban con la boca abierta.Papá y Albert me esperaban al final de las escaleras y al verlosrecordé la partida de Poli, quien de no haber muerto, al igualque en mi fiesta de quince años, me esperaría junto a mi padreal final de las escaleras. Al recordar esto la sonrisa se borró porcompleto de mi cara y prontamente mis ojos hicieron un mar.Alice me mira y dibuja en su rostro una sonrisa con su dedoen un intento por hacerme volver a sonreír y yo tras un granesfuerzo consigo hacer lo que me pide. Me cuelgo del brazo depapá y de Albert a la vez y veo a Erick caminar hacia nosotros,le pide a ambos concederle la primera pieza y estos acceden,mientras yo, hecha un manojo de nervios, no logro evitar voltearme a mirar a Alice quien inmediatamente me dedica unaamplia sonrisa acompañada de un susurro conformado por trespalabras: ¨Ya lo tienes¨. Y Erick y yo procedemos a abrir lapista.
—¿Cómo has estado? —me cuestionó.
—No muy bien realmente.
—Lamento lo de Poli.
—Yo más.
—Noto que ahora eres aún más hermosa.
—Gracias por el cumplido.
—Supongo que te sobran pretendientes.
—Y no te equivocas.
—Espero que hayas respetado nuestro acuerdo.
—Sin duda así ha sido.
—Entonces, ¿puedo pedir tu mano esta misma noche?
—No lo considero prudente, no estoy en mi mejor momento.
—¿Al menos puedo darte un beso?
—Me encantaría, pero preferiría verte en el jardín dentro deun rato, no creo que a papá y a Albert les agrade mucho la idea.
—¿Quién sale primero?
—Yo lo haré, pero no tardes, no quiero que los invitados meechen de menos.
Salí al jardín casi inmediatamente y al hacerlo noté que Albert también estaba allí sosteniendo una fuerte discusión conun hermoso hombre tan o más apuesto que él; sin embargo nologro descifrar de quién se trata, no hasta que finalmente llegóa mi mente la lista de invitados, lo cual me lleva a concluirque no es otro más que David White. Indudablemente era éldado que no había ningún otro desconocido en mi lista. Losgritos de ambos se escuchaban por todo el lugar, esto trajo ami mente el estado de salud de papá y apresuradamente meacerqué para tratar de calmarles.
—¿Qué rayos sucede Albert? —le cuestiono a mi hermanoun tanto enojada y a la vez asustada.
—No pasa nada Amanda, regresa adentro.
—No lo haré, quiero que terminen con esto inmediatamente, esta es mi fiesta y creo que les merezco respeto —lesdemando elevando un tanto mi tono de voz.
—¿Respeto para qué? —cuestionó David con gran sarcasmo— ¿Para continuar celebrando el asesinato de mi padre?Olvidaba que usted también debió haber participado de él, señorita Brown.
Albert, dominado por la ira lanzó el primer golpe y luegoambos se envolvieron en una ardua pelea. Pedí ayuda a Erickque en aquel momento salía al jardín con intenciones muy distintas y mientras él intentaba separarlos yo fui a por mi padre.La indiscreción con la que manejamos las cosas permitió que los invitados notaran que algo ocurría y estos no tardaron ensalir a comprobarlo. Papá, Erick y un par de amigos consiguieron poner fin a la pelea y David se marchó inmediatamente.
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LA EXQUISITA VENGANZA DE DAVID WHITE
RomanceTras muchos años de ausencia , David White regresará para vengarse de los Brown por la muerte de su padre , y para lograr su objetivo tomá a la inocente Amanda Brown como objeto de su propiedad y la obligará a cumplir todos sus caprichos sin importa...