Mina, una joven muchacha de dieciséis años de edad la cuál no puede ver el lado bueno de las cosas, es llevada a otra dimensión al dormirse luego de otro día lleno de acontecimientos negativos. Ahí, sus habitantes le harán tomarse unas vacaciones -c...
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Cabellos negros se hallaban en el suelo de la habitación, quedando rápidamente en ninguno debido a su dueña los estaba barriéndolos; no obstante, de vez en cuando caían alguno más. ¿El motivo? Otra pelea. De nuevo.
Se dio en la mañana, sobre las once y cuarto. El timbre sonó, indicando que era la hora del almuerzo. Los estudiantes del instituto salieron de sus aulas a la velocidad de la luz, tal y como lo haría cualquier otro adolescente o estudiante de educación secundaria; sin embargo, Mina, la chica de negros cabellos cortos y lacios, se tomó su tiempo. No le hacía mucha ilusión el descanso, tampoco tenía nada que hacer, así que se quedó un rato recogiendo sus cosas y alistando las de la siguiente clase. Una vez había terminado de colocar sus pertenencias en su mochila, colgó las asas de esta en sus hombros y se dispuso a salir por la puerta, acción la cuál no realizó debido a que aquella chica que tan mal le caía se paró en frente suya fingiendo estar observando algo, bloqueándole el paso.
- SiYeon. - Silencio. La mencionada no respondió. - Si-Yeon. - Repitió, esta vez dejando un segundo entre ambas sílabas.
- Qué. - Respondió finalmente, mirando a la chica que sólo quería pasar con asco, sus ojos pareciendo decir "Cállate, soy superior a ti."
- Apártate, por favor.
- Espera. - No se movió absolutamente nada, estuvo mirándose las uñas como distracción para matar tiempo, tratando de hacer a su contraria llegar al límite, cosa que consiguió.
Mina, quien ya se había hartado de la actitud engreída de esa chica, trató de alejarla con unas simples palabras sin perder los modales.
- Lee SiYeon, de una vez te lo advierto: intenta vacilarme una sola vez más y te vas a arrepentir. - Amenazó sin moverse, con una expresión facial neutra y con un tono de voz firme el cual exigía respeto.
- ¿Perdona? ¿Tú quién te crees? Chicas, - Llamó a sus cómplices alargando la 'A'. - retenedla. - Intentaron ejecutar la órden de la líder del grupo, más fallaron pues Mina se zafó fácilmente de su agarre.
- ¿Vosotras? Sóis unas debiluchas, ¿cómo váis a agarrarme?
- ¿Perdona? - Se acercó más a su rival, y luego de alzar su mano derecha, la dejó caer en una de las mejillas de la chica de cabellos negros.
Bueno, eso trató de hacer, y es que antes de hacer impactar la palma de su mano en su destino, la que segundos atrás la había amenazado le había agarrado el brazo, tirándola al suelo al darle una muy suave patada. Definitivamente, se notaba que había sido criada entre algodón.
- ¡Agh! ¡Matadla! - Ordenó sin dudar a sus amigas.
Las chicas tomaron los cabellos de Mina, tratando de arrancarlos, mientras que ella de unos simples empujones las tiró al suelo. Sacó su teléfono y comenzó a grabar a las estudiantes tendidas en el suelo, quienes sólo estaban exagerando.
