16-Verdades

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Al día siguiente del beso, Tonks y Remus compartían un buen humor que se contagiaba.

Tonks bajó a desayunar y encontró a Sirius leyendo el periódico, mientras tomaba una taza de té.

-¿Qué hay tío? -decía mientras se sentaba y tomaba un par de huevos con tocino.

-Veo qué amaneciste de muy buen humor, ¿Remus tiene que ver con eso?

-Sirius, te das cuenta que, aunque somos familia, casi no nos conocemos -Tonks quería cambiar el tema y sabia que con lo aburrido que esta Sirius, le seguiría el juego-. ¿Qué te parece si nos conocemos más?

-Lo que sea con tal de hacer algo diferente, ¿qué propones? -Sirius bajaba el ejemplar del profeta-. Sé que me estas cambiando el tema, pero lo pasare por alto.

-Pregunta-pregunta -Tonks soltó una risa al ver la cara de su tío-. Yo te hago una pregunta, cuando la hayas constado yo la contesto. Empieza tú primero para ver si comprendiste.

Sirius medito un momento, tenía tantas cosas que preguntar.

-¿Qué forma tiene tu patronus?

-Un conejo.

-Un perro.

-¿Alguna vez te has enamorado?

-Vaya, creí que serían preguntas tranquilas -Sirius lo medito un momento-. Sí.

-No, bueno sí, pero no sé si sea correspondida.

Sirius preguntaría si se trataba de Remus, pero una voz conocida.

-Lunático, llegas en el momento justo. Tonks y yo estamos jugando a las verdades.

-Creo que volveré en otro momento -Remus giraba sobre sus talones cuando su estomago rugió tan fuerte que los otros dos se echaron a reír.

-Vamos, juega con nosotros, también nos hace falta ponernos al corriente.

A regañadientes Remus se sentó a un lado de Sirius quedando frente a Tonks. Esta le explico el juego y cuando lo entendió era su turno de preguntar. Remus se encontraba muy incómodo y sentía una presión que no lo deja pensar.

-Remus, ¿estás nervioso? -decía Tonks.

-Sí.

-¿Es tu primera vez?

-No, he estado nervioso muchas veces en mi vida. Ya tengo la pregunta, ¿cómo sería un día perfecto?

-Me levantaría tan tarde como para saltarme el desayuno -dijo Tonks-. Arreglaría con magia toda mi casa, pediría algo para comer de los muggles, dormiría una siesta y me iría con mis padres para cenar y listo.

-Yo me levantaría muy temprano -dijo Sirius mirando a la nada, pensando en qué haría-. Despertaría a Remus para ir a desayunar, luego iría al callejon Diagon para recorrer todas sus tiendas coqueteando para conseguir cosas gratis que obviamente pagaré. Pasaría muchas horas en la calle, en moto y para el final del día iría a Hogsmade a cenar.

-Sería una semana antes o una semana después de la luna llena, bajaría y mi madre me tendría el desayuno, mi padre compraría un chocolate untable que a mamá le encanta -Remus sonrió con pesar y corrigió-, que le encantaba, perdón. Pasaría gran parte del día leyendo en un parque o una cafetería muggle y cenaría con la persona que quiero.

-Ya no quiero jugar -dijo Tonks con los ojos húmedos.

-¿Lo he hecho mal? -dijo Remus mirando a Sirius.

-Eres la mejor persona que he conocido, Remus -Sirius parpadeaba mucho, el día de Remus le trajo recuerdos-. Los dejo solos, tengo que ir a llorar en silencio a mi habitación.

-Lo he hecho de maravilla, que les he ganado con solo una pregunta -Remus tenía el don del sarcasmo que solo usaba con Sirius.

-Yo sigo aquí. Y me toca preguntar, ¿cómo sería tu pareja ideal?

Remus vaciló un poco, pensando las palabras correctas echo la silla para atrás balanceando el peso, al tiempo que recorría la silla fuera de la mesa quedando a un lado de Tonks y suspiro.

-Te voy a ser muy honesto, creo que tengo debilidad por lo imposible -Tonks lo miraba sin entender-. Me gustan las personas que no le tienen miedo a nada, que naden contra corriente, que sean amables y comprensivas, pero independientes. La apariencia física no importa mucho realmente ya que sé que no soy de los hombres más guapos del mundo.

-Ciegos.

-¿Qué? ¿Te gustan ciegos?

-Sí. Esos que no ven lo guapo que son, más altos que yo. Que lean. No, que devoren libros, eso hace ver a un hombre increíblemente sexy. Que sea atento, gentil y cordial, pero que tenga un sentido del humor que no le deje ver a cualquiera, que no tema luchar por las causas correctas -miraba a Remus acercándose a él-. Que tenga un gran secreto...

-¿Tonks? -dijo Remus a escasos milímetros de sus labios.

-¿Remus?

-Te voy a besar, si no te importa. Disculpa que te interrumpa -Remus junto sus labios con los de ella. Luego como si algo lo echara para atrás despego sus labios-. Esto no debería ser así... Yo, Dora.

-¿Qué pasa, Remus? -Tonks estaba un poco irritada-. Arruinaste el momento.

-Lo lamento, pero esta no es la manera correcta de hacer las cosas. Tú y yo, no somos nada aún.

-Porque no me lo has pedido -Tonks hacia un gesto con las manos como si fuera la cosa más obvia del mundo.

-¿A ti te gustaría salir conmigo? -Remus se veía realmente confundido.

-Espero que esa no sea tu manera real de preguntármelo -miraba la cocina y se echaba a reir-. No es el lugar más romántico de la tierra pero claro, me gus... -Remus le dio un rápido beso en los labios que la hizo callar mientras salía de la cocina.

-No te muevas, ¡No termines la oración! -Remus salía corriendo.

Para su suerte no había nadie en las habitaciones que paso dando zancadas hasta llegar a la puerta, salió de la casa hacia el parque que había justo en frente, busco rápidamente con la mirada las flores más bonitas y cuidadosamente las corto para salir disparado a Grimmauld Place. Hizo el mismo recorrido, bajando de dos en dos las escaleras, corriendo a la cocina con un par de rosas en la mano. Al entrar el aire le faltaba, levanto la mano hacia Tonks pidiéndole un minuto.

-Yo... Yo corrí al parque de enfrente -Remus caminaba hacia Tonks dando bocanadas de aire-. Y te traje estas... Estas flores -las extendió y se obligó a tranquilizarse-. Solo hice esto una vez en la vida y me salió pésimo, pero contigo quiero que sea diferente. Me siento como un adolescente que puede hacer todo, porque me haces sentirme bien conmigo, así que Dora... ¿quisieras salir conmigo?

-¿Solo una vez? -respondió Tonks-. ¿A quién?

-Nymphadora -decía el castaño mirándola con desesperación-. Luego te contaré, podrías responderme.

Tonks literalmente se le colgó del cuello mientras llenaba su cara de pequeños besos, donde ponía un beso susurraba un "sí". Remus suspiro aliviado. Tonks tomo las flores poniendo su cabello a juego.

-Solo dime el nombre -dijo después de la sesión de besos-. No me voy a enojar.

-¿Lo prometes?

-Claro -Tonks no era una mujer celosa por lo que sabía que no problema.

-Sofía.

Luna de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora