One Shots Yoonmin

Lluvia

Un aplastante olor a lluvía estaba en el aire, las cortinas volaban con el viento, y ellas volvían a su posición inicial luego de segundos.
Miré hacia afuera y reconocí la humedad enseguida.
Sentí unas manos en mi cintura, un suspiro largo y un color violeta en mi hombro, proviniente de su pelo.

Me empezó a hacer frio ya que solo llevaba puesta una remera larga, así que lo abrazé.
Me agarró, puso mis piernas en su cintura y con suavidad apoyé mi cabeza en su hombro, me besó el pelo.

Fuimos a mi habitación y mientras la lluvia bajaba nosotros nos acurrucabamos con abrigos y abrazos.

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2 de la madrugada
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Escuché un gemido de frustración y frío nuevamente. Unos minutos pasaron y ahora estabas sentado en la cama con un plato lleno de figuras extrañas, me sentía tan dormido que no entendía nada.
Al final era una porción de torta que había quedado en la heladera. Te robé un poco y sonreí, las comidas eran más ricas si llevaban unos días allí.
La lluvia amartillaba la ventana y me terminé despertando.

Dejaste el plato en la mesa de luz y avanzaste hacia mi, recuerdo que estabas de costado mirandome, como queriendo captar algo en mi cara.

-¿Por qué Jimin?- dijiste de manera rara y yo no te entendí.

-¿Por qué sos tan hermoso?- acarició mi cara y me relajé.

Yoongi me amaba desde hace muchos años. Un día se me confesó dispuesto a desaparecer de mi vida, lástima que le robé un beso, total él antes se había robado mi heterosexualidad.

- ¿Yo? ¿Hermoso? Puede ser...- dije riéndo con algo de ego.

Se rió en mis labios, lo abrazé más.

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4 de la madrugada
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Habíamos tenido sexo y eso llevó a buscar otra porción de torta.

La lluvia no había cesado en todo este tiempo.

Se escuchó un trueno muy fuerte, no me espantó, pero si el apagón que hubo en el departamento.

- Yoon, se fue la luz.

-No, jodeme- dijo sarcástico entrando a la habitación.

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4:30 de la madrugada
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Resulta que no tenemos velas y que Yoongi insiste en ver el cielo. Pero yo no quiero.
El cielo nublado me recuerda a muchas cosas feas y deprimentes. A él le recuerda alegrías y caramelos.

Me puse a verlo a él, a pesar de ser tan cuidadoso con cada aspecto de su vida, tenía un horrible tatuaje en medio de la nuca.
Una noche estaba borracho y fue a un negocio, el tatuador escucho atentamente sus palabras arrastradas; Pronunció que quería un kumamon colorido y amable.
Se quedó dormido mientras se lo hacían y tuvo que inventar una excusa porque no tenía dinero, así terminó gastando la mitad de sus ahorros.

Ahora apreciaba su piel pálida, extrañamente combianaba con las gotas. No se porque me enamoré de él.
Es tan testarudo cuando quiere, pero tan lindo, hasta cuando parpadea.

- Jiminie, ¿Recordas ese día que nos fuimos a la estación de tren?. Seguro ahora esta todo inundado- recordó con melancolía.

Es su lugar favorito en el mundo, lo acompañé varias veces. Para él viajar en tren es relajante y tranquilo. A pesar de que el vehículo se encargue de ir mas lento que una tortuga, es lindo disfrutar de ir a cualquier lugar en tren con él.

Yoongi se volteo otra vez a verme, sus ojos se veían tan sinceros y expresivos en ese momento. Solo era así de hablador en la madrugada.

- Te amo bolita de arroz- susurró en mi oido para abrazarme.

- Yo también Yoon- le dí un beso.

Caimos en sueño con el sonido bello de la lluvia...

Agua...

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6:00 de la mañana
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- ¡¡Jimiin!! ¡Ayudame se abrió la estúpida ventana!- gritó Yoongi.

Me desperté sobresaltado, paso algo realmente extraño, uno de los vidrios de la ventana estaba roto y el agua de la lluvía seguía cayendo en el living.

Corrí a por trapos y un balde. No pudimos hacer mucho, solo nos mojamos con el agua que caía y tapamos el hueco con una bolsa.
Luego de limpiar nos dimos cuenta de que eran las 8 de la mañana y que queríamos dormir.
Ya le buscaríamos mas tarde la explicación al vidrio roto.

Nos acomodamos en la cama y caímos en sueño profundo.
Pero un sonido me despertó, la lluvia había parado peeo el cielo seguía gris, perfecto para seguir durmiendo.
Yoongi estaba hablando dormido, se veía tan tierno diciendo que seguía lloviendo.

Me volví a dormir, abrazado a él.