No Quiero

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____________Día 114____________

A quien quiero engañar, encontramos el amor, en un desierto lleno de incertidumbre sin ninguna gota de esperanza.

Aveces necesitamos que nos rompan para encontrar lo que hay en nuestro interior, en ese momento aquellos dos días perdidos me rompieron y dejaron ver a la pequeña niña indefensa llena de miedo.

Llegó la noche no hubo rastro de Tezli en aquel lujoso hospital.

Ahora que decido ser sincera con todos, el destino me aparta de poder hacerlo.

Dom, se marchó para la funeraria fue la primer noche que estuve sola, consciente, lejos de mi guarida, donde no hubo rastro de Patrick, después de haber mencionado que volvería.

Y el canaña de Tezli ahora que lo necesitaba con sus sarcástico y grotescos comentarios y burlas, jamás llegó.

Sentí tanto miedo al pensar si así de oscura sería la muerte, apenas dejandose ver un ligero reflejo de las luces de aquella acaudalada ciudad.

Las enfermeras brindaban su compañía en pequeños rondines asegurándose siguiera su pequeño ratón de laboratorio con vida.

Al menos la soledad no la pude percatar aquella noche, venciendome el sueño, mientras una enfermera acaraiciaba mi rostro, regalandome unos minutos de paz,  hasta llegar el sueño.

Quisiera decir que mis ánimos de escribir eran continuos pero no era así, estaba iniciando mi proceso de una depresión paulatina.

No quería imaginar cómo se cairia mi cabello mientras me miraba al espejo y me peinaba.

No quería imaginar cómo serían mis días, tardes y noches vomitando, arruinando tal vez un momento único y especial con esos espectáculos desalentadores que brindan pena.

No quería imaginar cómo serían mis primeros pre-infartos, a causa de ese veneno que acabaría con mi cáncer y conmigo a la vez.

No quería llegar al momento en que me quedara sin un rastro de este bello cabello dorado, reemplazandolo con aquel cabello sintetico.

No quería verme demacrada, ser aquel zombie viviente.

No quería que mis fuerzas disminuyeran al ritmos descontrolados, sujetandome con apoyo de bastones, andadera, sillas de ruedas, hasta acabar postrada en una cama, muerta en vida, deseando dejar de existir.

No quería llorar, imaginando que causare dolor a todas las personas que me amaron y apoyaron hasta el final.

No quería imaginar estos días sin mi padre, sin Dom, Faustus y Patrick.

Simplemente no quería esta vida, no la quería, por el solo hecho que lo vivi de pequeña, viendo morir lentamente a mamá.

Ella era tan fuerte, un campo de girasoles radiantes danzando al compaz de los rayos del sol.

Así era ella, daba tanta vida a mi padre, a todo aquel que se acercara a ella.

No podría haber sido más perfecta, es por ello que odio los hospitales, es por ello que no quise y no quiero este dolor para mi padre.

Decidí ser fuerte, pero esta maldita enfermedad me derrumba.

El oncologo dijo que no tendría ninguna de aquellas vivencias por el simple hecho de que mi tratamiento no sería tan largo y no se acompañaria de radioterapias.

Pero es imposible no pensar en ellos cuando aquel veneno entre a mí cuerpo.

Lo lamento madre, no soy ni la mitad de fuerte que lograste ser.

Lo lamento Patrick, no tenías por qué saber esto, se supone que este diario sería para guardar nuestros mejores recuerdos y no mis tormentos, todo lo hice mal y no sólo desde hoy.
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Si estas pasando por algo similar que vivió la mamá
de Jazz y la misma jazz, no dejes de luchar y cumplir con todo lo que tenias planeado, rescata aquellas cosas que siempre quisiste hacer, vive hasta tu último aliento.

Si tu diagnostico fue oportuno lucha por salvarte, valdrá la pena, te lo aseguró, existen muchas y muchos sobrevivientes.

Nunca te alejes de los que te aman, por miedo a causar dolor, el dolor será mayor si andas por la vida perdida (o), al final siempre todo en la vida se acomoda.

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Soundtrack 

All I Want —Sonia P.

125 Días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora