Capítulo 2

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Mierda.

Un hilo de sangre se va resbalando por mis dedos, me corté. Me llevo el dedo a la boca y chupo la herida para que deje de sangrar.

—¿Estás bien? —me pregunta India aguantándose la risa.

—Sí, sólo es un corte.

—Definitivamente la cocina no es lo tuyo.

Revoleo los ojos y le saco la lengua. Estoy ayudando a India a preparar la cena de esta noche. Y me acabo de dar cuenta que cocinar no es lo mío.

—Tan graciosa, ¿de verdad no pensaste en ser comediante? Se te da de maravilla. —contesto sarcástica.

—Ya, tampoco para tanto. —ríe.

Termino de ayudarla y me voy directo a mi habitación. Escucho música mientras elijo un outfit para ir al partido.

Sí, me voy a escapar.

No soy ese tipo de adolescentes que hacen todo a las espaldas de sus padres, bueno, en este caso hermana. Pero este partido es importante para Mike, no quiero decepcionarlo.

—¡Blair! ¡Ya está lista la cena! —grita India desde la cocina.

—¡Voy! —respondo al mismo tiempo que decido el outfit.

Bajo las escaleras y abro la puerta de la cocina. Mi vista se intercala entre India que se encuentra de espaldas y la mesa sin nada sobre ella.

¡Maldita!

Trato de irme sin hacer ruido pero India me ve antes de que pase la puerta.

—¿A dónde vas? Ven a preparar la mesa.

Siempre caigo en el mismo truco.

—¡Agh! Siempre me haces lo mismo, no vale —vuelvo arrastrando mis pies mientas preparo los utensilios.

—No es mi culpa que siempre caigas —encoge sus hombros.

India sirve la cena y empezamos a comer. Mientras devoro mis tacos, India me empieza a preguntar sobre el instituto.

—¿Cómo te fue hoy en el instituto? ¿Cómo se encuentra Mike?

Desvío mi mirada y recuerdo la foto. Trago mi comida y le doy una sonrisa.

—Bien, Mike se encuentra bien. —comento y le doy otro mordisco a mi taco.

—Bueno, eso era lo que menos me importa. —Confiesa sin filtro — ¿Cómo te fue hoy?

—¡Hey! Ten cuidado con lo que dices de Mike. —La señalo —. Contestando la otra pregunta, como siempre.

Trato de no hacer contacto visual, pero nunca funciona.

—¿Y qué sería como siempre? —Su entrecejo se arruga y me mira fijamente.

De repente el apetito desaparece y dejo el taco a medio comer en el plato.

—¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio? Me tengo que ir a dormir —hablo rápido y me levanto de la silla para ir a mi habitación.

—¿Tan temprano? —susurra chequeando la hora en su celular.

—Sí, fue un día agotador.

Su rostro se contrae y palidece tragando en seco. Su mirada se queda clavada en el celular y los nervios crecen en mí.

—Entonces ¿qué es esto? —pregunta.

Me detengo en el umbral y veo su brazo estaba estirado mostrándome una foto. Para ser más exactos, la foto que me habían puesto en el casillero.

El club del pasillo 66 #1 ✔️ En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora