MinaSaku

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"Fiesta de disfraces"

Envidudaste cuando tu hijo cumplió dieciséis, jamás volviste a enamórate y solo te refugiaste en tu trabajo durante tres años. Tu, él magnate Namikaze Considerado actualmente como el hombre más codiciado de Konoha, te fuiste de viaje por asuntos de negocios como comúnmente hacías, tú hijo tenía claro que estarías fuera de casa por seis díaz.

Aquel viaje te hizo caer en cuenta de cuánto te habías alejado de tu primogénito y deseaste arreglarlo por el bien de ambos, adelanteste el trabajo y anticipaste tu vuelo de regresó para aprovechar el tiempo.

¡Vaya que tú hijo si sabia aprovecha tu ausencia!.

Al llegar casi te da un derrame cerebral por el volumen de la música, chicos disfrazados por toda tu mansión bebiendo, bailando, y casi fornicando por todos lados. Un chico de pelo azabache se acercó a tí, te tomo del hombro y te tendió un vaso con cerveza.

- Naruto se luce cada vez más con sus fiestas- dijo casi a gritos.

Un tic apareció en tu ojo derecho, y la cólera acrecentaba en tu interior por qué siempre sospechabas de tales eventos en tu ausencia pero nunca pudiste comprobarlos, Naruto habia tenido precaución, hasta ahora.

- Te dejó viejo ya encontré a mí gatita, y por cierto tu disfraz es de abogado o empresario-. Se mofo- Bueno no importa.

Pero que falta de respeto fué ese te interrogaste, era tan obvio que tú ropa era de etiqueta. Estabas decidido a encontrar a tu hijo y golpearlo hasta reiniciarle el Windows, pero no sería fácil con tanto rubio disfrazado.
Te abriste camino entre la multitud para llegar ala segunda planta, caminaste por los pasillos que daban al cuarto de Naruto pero en el proceso fuiste jalado con brusquedad a tú propio despacho.
Solo la lámpara de luz tenue llacia encendida, lo que hacía la vista casi nula, unas manos rodearon tu cuello y sentiste tu aliento mezclarse con el de otra persona aparentemente ebria, las calidez de sus labios sobre los tuyos te hicieron degustar la mezcla de alcohol, menta y saliva. Para tu gusto se sentía bien... tanto que por un momento pensaste en corresponder.

- Mira lo que me eh puesto solo para tí Naruto-kun, hoy cumpliré tu fantasía de follarme con un vestido así-. Susurró coqueta.

Le miraste con la poca claridad disponible, divisaste que era pelirosa, con un vestido rojo amoldado a su figura más sus orbes verdes tan característicos.
"La novia de Naruto". Por un momento recordaste la descripción que él te dió sobre la chica con la que salía y quería presentarte,... no había duda que era hermosa.

Era más pequeña que tú, pero eso no le fué impedimento para empujarte en el sofá junto a el escritorio, se montó en tú regazo y comenzó a moverse en tí mientras te besaba con voracidad. El lívido en tí gano y solo pudiste acariciar sus muslos ala vez que explotabas su cavidad bucal, te sonrío ladina para después lamer y morderte el lóbulo de la oreja, rasgaste el sitio de su escote para deleitarte de sus pechos; los estimulante a pellizcones y lamidas para finalmente succionarlos como un bebé.

-Tengo otra sorpresa para tí-. Su mano dirigió la tuya bajo su vestido.

No tenía ropa interior además estaba muy mojada, tenías semanas sin tocar una mujer. Está no era cualquier mujer, era una muy hermosa, y era la mujer de tu hijo.

¡Aunque eso poco te importó...no es así...!

Acaricias te su punto sensible eh introdujiste dos dedos en su feminidad, comenzaste a bombearlos para hacerla gemir, pero parecía reprimirse porque cerraba los ojos y tensaba la mandíbula aferrándose a tí.

- No lo reprimas, déjalo salir-. Susurraste antes de besarle otra vez.

Su interior era muy cálido, y sus pliegues se sentían como seda en tus manos, sus paredes se contrajeron y la pelirosa no pudo contenerse. Chilló de placer y fué música para tus oídos.

-...Quiero más...-. jadeó- ¡por favor dame más!.

Llevaste tus dedos con sus jugos a tu boca en lo que ella desabrochaba tu pantalón, te bajaste la ropa lo suficiente para dejar ala vista tu potente erección, ella mordió sus labios, lo acarició con sus manos y lo posicionó en su entrada; se enfundó sobre tu virilidad tan lentamente que fue casi una tortura, enterró sus manos en tu rubia melena comenzando su Vaivén.

-No se sí es porqué viaje durante dos semanas, porqué te extrañé o estoy un poco borracha... pero te siento más grande amor-. Ronroneó melosa.

-¿Te duele?-. preguntaste.

-¡No, de hecho de encanta como se siente!.

Tomaste su cintura y la elevaste solo un poco para embestirla desde abajo con fuerza, te fascinó la manera en la que su anatomía se enfundaba con la tuya, lo cálido y delicioso que emanaba de su cuerpo.
Tu gruñidos y sus gemidos inundaron la habitación en la que estaban, sus rostros sudados con los cachetes de color carmesí, te hundiste en ella con estocadas lentas y profundas que le hacían temblar las piernas, te era delicioso como besaba, tocaba y se movía sobre tí. En otro lapso de tiempo la pusiste a gatas para darle desde atrás sin tregua alguna, cambiaste de ángulo constantemente... hasta que sus paredes se contrajeron otra vez sobre tí y al tiempo un hormigueo recorrió tu cuerpo con amenaza de salir disparado por tu falo, saliste de ella antes de correrte. Porque en tus planes no estaba hacer nada de esto, y menos arruinar la vida de una chiquilla novia de tu hijo, lo bombeaste unos segundos, te tensaste y un sonido gutural nació desde tu pecho y murió en tu garganta producto de tu satisfacción.

-¡Por dios, es... eso fue fantástico Naruto!-. Jadeó con la cabeza recargada en tu hombro

Cuando recuperaste el aliento y te aseguraste de que ella también lo hizo volviste a follartela hasta que entre caricias con besos la doblegó el alcohol y sueño. Limpiaste su cuerpo, acomodaste su ropa, la dejaste dormir en el sillón para luego arreglarte el traje y salir de allí, Divisaste por uno de los grandes ventanales que ya era muy tarde, la música había disminuido y eso poco te importaba, al ir a tú cuarto te topaste con Naruto, él está disfrazado de zorro y sorprendido por tu presencia palideció al verte.

- Etto... Te hice una fiesta sorpresa por tu llegada dattebayo-. dijo con nerviosismo.

En otra ocasión te habría enojado pero ahora estabas demasiado contento y agotado como para discutir con él, solo sonreiste.

- Mañana hablaremos Naruto, ahora estoy muy cansado.

Entraste a la habitación dejandolo muy confundido pero no te interaba explicarle nada, solo querías un baño y soñar con lo ocurrido por muchas noches.

Por otro lado el rubio menor busco por doquier hasta que encontró a su novia durmiendo en el sofá del despacho de su padre, la llevo a su habitación y se encerró con ella, pues la fiesta poco le importaba.

Ala mañana siguiente mientras desayunabas, Naruto hizo acto de presencia en un estado de nerviosismo.

-Papá, se que estas molesto conmigo por lo que hice... solo quiero que sepas que voy compensar mi falta-. Hablo nervioso- ¡De verás!.

-¡Claro que lo harás!-.mencionaste con seriedad

- Oye papá, quiero presentarte a mí novia.

- ¿tu novia?- fingiste desinterés.

- ¡Si, ella es muy buena, estoy seguro que te gustara... Ire por ella dattebayo!

Salio disparado hacia la segunda planta en busca de su novia, mientras que tú sonreías para sus adentros

"Buena... No, deliciosa. Gustarme... No, me encanta"


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Correjida√
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