Capítulo 15

56 12 2
                                    



     —Albert, ¡espérame! ya bajo para ir contigo, ¿sabes que debes salir con guardaespaldas?. ¿cierto? —Comenta Silvio tratando de persuadir a Albert de salir con uno de los guardaespaldas del bufete.


     —Pero qué podría pasar, si ya han colocado cámaras por todos lados, es una vía segura, además yo sólo iré a tres cuadras, regreso en un instante aquí y de aquí salimos al juzgado juntos. Total la cita es para las tres treinta y aún estamos a una hora y media.


     —Señor, no puede salir solo.


     —¡Cálmense y no exageren! yo voy y regreso, antes que Ellen se moleste por no tener los pañales a tiempo.


     —Pero señor, nosotros debemos de velar por su seguridad.


     —¡Quédate Clemente! tu deber es cuidar a mi mujer y mis hijos, la verdad creo que es exagerado tenerlos a ti y a tu compañero aquí. 


     —Al menos tenga este llavero, tiene un botón de pánico por cualquier emergencia, no lo pierda, con él lo podremos localizar si se diera el caso.


     —No será necesario, pero para que estén tranquilos lo llevaré aquí en el bolsillo trasero. Sé que no lo necesito pero bueno sólo para que se queden tranquilo. ¡Total que puede pasar de aquí a tres cuadras!


..................Mientras tanto:


          Las palabras que se dibujan en la mente de Ellen aparecen sobre un fondo luminoso, como esas banderolas con mensajes publicitarios que, emergen de pequeños destellos lumínicos intermitentes y persistentes a lo largo del día. Cinco horas ya habían transcurrido desde la última vez que Albert se había comunicado por última vez. Las ideas no dejaban de relampaguear... Todas ellas alertaban peligro. A todo esto Ellen se encontraba angustiada porque había sentido que la observaron y siguieron durante su recorrido desde el penthouse al súper y viceversa. Y se preocupo mucho más, —cuando supo al llegar— que Silvio había llamado preguntando por él.


Dos horas más tarde...


         —¿Hola? ¿Y ese milagro Ellen? Sé que soy irresistible y mucho más sexi que Albert, pero que extraño que me marques a esta hora. ¿Pasó algo, Ellen?


     —Sí, me acaba de decir Marcelo que preguntaste por Albert. ¿No se supone que está allí en el bufete?


     —No te preocupes ha de estar buscando la forma de sorprenderte. Aunque creo que ya te está sorprendiendo. ¡No te preocupes, ya se comunica al rato!  —Comentó Silvio sin dejar de sentir una honda preocupación que exaltó y revoloteo su corazón pero trató de ignorar el revoloteo para no transmitir ningún tipo de sobresalto a través del teléfono.


     —¿Estás seguro, Silvio?


     —Sí, sé que ya estará en breve por allí. ¿Y mis sobrinos?

ÁNGEL O DEMONIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora