LA VENGANZA CONTRA EL OSO, ES MAS DULCE QUE LA MIEL

CASTIGO OSITO

Kirishima Zen, era un hombre tranquilo, padre de una hermosa niña, y novio de un hombre que es considerado como "indomable". Yokozawa Takafumi, pero, sí había un pero en este momento de su vida. Estaba celoso, ¿por qué?, el muy chistosito de su novio andaba jugando al Casanova con su antiguo "rival en el amor" Onodera Ritsu, le hervia la sangre al verlo tan Pegadito y empalagoso con ese.

Iba llegando a su apartamento cuando vió una caja, con una nota en la cual decía:

Disfruta de mi pequeño regalo, enseñarles a los ukes quien manda es importante, para que aprendan que, con nosotros los semes mandamos.

Atte: Kambe Daisuke
Amigo de:
Usami Akihiko.

Baya que ser amigo de Akihiko traía sus ventajas, abrió la caja y lo que vió adentro lo dejó con un sabor de boca agradable, pobre Takafumi, la que le espera.

🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝🗝

- ¡Achu!

- Yokozawa-san, ¿esta bien?

- si Henmi, estoy bien, "siento que alguien esta hablando de mí"- pensó molesto el oso, sin más, Yokozawa se retiró a su departamento, pero un mensaje de su molesto novio le llegó.

- Yokozawa, ven a mi casa, si no bienes, me las pagaras.

Pdt: te amo :D

¿qué clase de persona amenaza y luego te dice que te ama?.

Suspirando tomó rumbo al departamento de los Kirishima.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

- estoy en casa.

Yokozawa entró con la copia de la llave, pero se extrañó al ver todo oscuro, se hacercó al comedor y lo que vió lo dejó impresionado, la mesa estaba arreglada de forma romántica, con flores, vino, y comida Italiana.

- Yokozawa, que bueno que viniste.

- para esto me querías aquí, para cenar...- habló en tono aburrido.

- de forma romántica- corrigió Zen.

Yokozawa, soltando un suspiro se quitó el saco y se fué a lavar las manos, seguido de Zen y hací ambos se fueron a sentar a cenar.

🍝🍝🍝🍝🍝🍝🍝🍝🍝🍝🍾

Estaban por terminar la cena, pero el vino se acabó.

- voy por una gaseosa- mencionó el peli-azul.

- yo voy, tú estas más cansado que yo- rápidamente Zen fué hacia el refrigerador y sacó una gaseosa, la abrió y le echó una pastilla para dormir.

- "jeje ahora si me las pagas osito"- pensó maliciosamente.

Regresó al comedor y le tendió la gaseosa, Takafumi ni lento ni perezoso la bebió.

- "ahora solo hay que esperar"- se dió animos por dentro el castaño claro.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Yokozawa al sentir la siniestra mirada, se sentía como oso frente a un cazador con escopeta alzada.