52. Amigos

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Yara llevaba un par de meses viviendo con Luffy y Makino. 

Tenía clases de medicina con un médico de la villa, y ansiaba poder crecer y tener la edad suficiente para sacar la profesión oficialmente. 

Asimismo, los fines de semana solía ir al Monte Corvo para quedar bajo el cuidado de Dadan. Se encontraba caminando sola subiendo la montaña, las primeras veces Makino la acompañaba pero ya había aprendido a ir sola. 

Eran más o menos unos 40 minutos de caminata, en un principio se cansaba demasiado (sobretodo con la subida) pero ya se estaba acostumbrando. Divisó la casa de Dadan a unos metros de ella. 

-¡Llegué! -dijo entrando. 

-¡Yara-chan! -saludó Dogra- ¿Cómo estás?

-Bien, muchas gracias -sonrió la pequeña- ¿Y ustedes? 

-Todo bien por aquí, la Jefa ha salido a buscar a Ace. Creo que se metió en otro embrollo -dijo mientras reía nerviosamente- ¿Quieres comer algo? 

-¡Sí! Por favor -dijo Yara educadamente, derritiendo el corazón de los bandidos presentes. 

Yara era todo lo contrario a Ace, con su ternura, amabilidad y obediencia les daba hasta pena tener que hacerla partícipe de sus fechorías como bandidos. 

Porque sí, Yara ayudaba en los motines que la Familia Dadan armaba, así como en otros trabajos que hacían como banda. A la niña no le parecía lo más correcto, pero sabía que Dadan y compañía no eran malas personas, al contrario. 

No le contaba nada a Makino al respecto, mucho menos a Garp, no quería meter a Dadan en más problemas. 

De pronto, la nombrada cruzó la puerta furiosa. 

-¡Ese mocoso de mierda ha escapad...! Oh, Yara -exclamó- Llegaste. 

-Hola -saludó de vuelta mientras comía un pedazo de carne.

-Ace escapó de nuevo -suspiró Dadan sentándose.

-¿A dónde fue? -preguntó Yara.

-A la ciudad -respondió apretando el puente de su nariz con los dedos- Algo va a hacer, estoy segura. 

Luego de un rato, Yara salió a caminar por el bosque. 

Amaba recorrer esos lugares, era lo mejor de ir al Monte los fines de semana. 

Pero a lo lejos vio una persona acercándose, se escondió tras un árbol. Miró atentamente y un par de segundos luego se dio cuenta que no era nada más ni nada menos que Ace. 

El chico venía herido, parecía golpeado y algunas heridas sangraban. 

Yara se acercó a el, nerviosa.

Del tiempo que llevaba conociéndolo, casi no habían cruzado palabras en lo absoluto. A la niña le llamaba mucho la atención Ace, pero él, por el contrario, no soportaba la presencia de ella. 

-¿Qué te paso? -le preguntó preocupada acercándose a él. 

-No te importa -espetó el chico. 

-Sí me importa, estás herido.

Ace bufó, mirando a otro sitio, mientras reprimía gritar del dolor que le provocaban esas heridas. 

-Voy a buscar cosas para curarte -le dijo Yara- No le diré nada a Dadan, no te preocupes -terminó de decir para marcharse. 

El chico se sentó bajo un árbol maldiciendo el mundo entero. Se había peleado con unos matones.

ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora