Cuenta la leyenda que en un pequeño pueblo alejado de la ciudad vivía una mujer muy bella, con su marido llevaba años de casada, pero era muy infeliz porque no podía tener hijos, deseaba tanto una niña que todas las tardes después de hacerlas compras se quedaba parada en un parque mirando los infantes jugar, en ocasiones solía ofrecerse de niñera pues cuidarlos la hacía olvidar por un rato de su gran deseo. Dicen que producto de su desesperación tuvo que hacer un pacto para poder conseguirlo, al cabo de un tiempo logró su objetivo pero tenía problemas en el embarazo pues no era normal que siendo estéril pueda dar a luz, a cambio de su estado tenía que ofrecer algo que ella más quisiera, entonces decidió entregar a su esposo pues para ella lo que más deseaba era tener hijos sin importarle lo demás. Así iban pasando los meses estaba muy feliz por su embarazo hasta el momento de dar a luz. Fue una noche fría, llovía torrencialmente, ella estaba muy asustada pues sabía que llegaba su hora, fue entonces que llamó a una señora especialista en partos y acudiendo inmediatamente sin importar los truenos que entre la lluvia rugían la ayudó, pasó horas de dolores y sufrimiento, fue un parto muy difícil, hasta que por fin nacieron, así es, fueron dos niñas, ella había dado a luz gemelas. Todo parecía normal, pero la joven mujer se dio cuenta que la partera tenía una cara de asombro, se la notaba aterrada, fue entonces que puso las niñas en los brazos de su madre, al retirar el manto que las cubría las vio y soltó el llanto, pues sus hijas a quien tanto quería no tenían rostro, poseían orificios nasales pero no nariz, tenían boca pero no labios sus ojos eran tan pequeños y separados como si se tratara de un monstruo. Preocupada la madre por aquello decidió consultar el porqué de sus hijas. Al parecer en el pacto claramente decía que a cambio tenía que ofrecer lo que más quería y era obvio que a su marido no lo deseaba para nada, entonces a cambio de ello cobró con la belleza de las niñas como castigo por su estafa.
Así iban creciendo las pequeñas niñas muy alejadas de la ciudad, nunca habían jugado con otros niños sino solo entre ellas, cuentan que en ocasiones las gemelas se comunicaban mentalmente ya que se les dificultaba un poco el habla, otros dicen que eran malas, ya que a sus mascotas les hacían maldades con el fin de que todos sean feos igual que ellas. Una vez su madre dormía y las traviesas chicas echaron sobre el rostro de su progenitora una especie de líquido tratando que se desfigurara era obvio que tenían algo maligno, cuando jugaban lo hacían entre sombras, entre las plantas de su casa escondiéndose dela vista de todos, afirmaban que en ocasiones por las noches su madre las escuchaba hablar con alguien más, pues murmuraban voces que no eran de ellas.
Cuando tuvieron dieciocho años a su casa llegó una invitación, se trataba de una fiesta de disfraces por motivo del cumpleaños de un familiar, nunca habían conocido otras personas y tampoco asistido a una fiesta.
Por un lado temían asistir y por otro se emocionaron a causa de saber lo que pasaría. Por fin llegó el día tan esperado, se vistieron tan hermosas como nunca lo habían hecho, su madre se encargó de confeccionarle los trajes, eran vestidos largo, elegantes con un escote bello, era de esperarse que cualquier hombre pondría su mirada en ellas, adicional a eso cubrieron su rostro con una máscara el cual brillaba acorde con su vestido, todo era perfecto tal como lo habían imaginado.
Cuando llegaron al lugar, todos voltearon a mirarlas, pues eran hermosas, las personas murmuraban entre sí, pues nunca las habían visto, era de esperarse definitivamente estaban bellas pero con un oscuro secreto, no tenían rostro. A medida que pasaba la noche dos chicos se fijaron e inmediatamente se acercaron, bailaron rieron y comieron, pero los chicos querían algo más, así que se las llevaron a un lugar a solas fuera de la vista de todos, ellas con miedo escondiéndose entre arbustos se toparon con ellos, se enamoraron al instante. Ya casi a la media noche los simpáticos chicos intentaron sacar su máscara para robarles un beso, al lograr lo planeado, gritaron aterrados, corrieron despavoridos, vociferando:
-son monstruos, las gemelas son monstruos, no tienen rostro.
Inmediatamente salieron las chicas llorando por toda la fiesta sin importar su máscara, pues se sentían tan humilladas y rechazadas. Las personas asombradas y sin saber lo que pasaba decidieron irse del lugar pues era algo escalofriante.
Dicen que desde ese día no volvieron a saber más de ellas ni de su madre, y que en ocasiones por las noches se las ve muy hermosas rondando lugares donde hay festejos o celebraciones atrapando hombres que llevados por su lujuria intentan seducirlas, cuentan que si se quitan la máscara y ellos gritan, se lo llevan sin que nadie sepa su paradero, pero en el momento de que se quite la máscara y el individuo no grite ellas se irán y no les pasará nada. Otros afirman haberlas visto merodeando partes oscuras y deshabitadas buscando hombres que deseen estar con ellas y que cuando son víctimas de sus encantos, rápidamente se descubren arrancándoles así su rostro con el fin de que todos sean iguales a ellas, aseguran que esto lo hacen para vengarse de los hombres que solo quieren estar con ellas por su apariencia física. Desde ese entonces a partir de las doce de la noche los hombres temen confiar en mujeres bellas con rostros cubiertos rondando solas.
Los moradores de ese pueblo narran que a mitad de la noche en la fecha exacta en el que sucedió aquella celebración, en el campo todavía se escuchan los gritos estremecedores de los hombres victimas de sus encantos, seguido del desgarrador llanto producido por las gemelas que retornan en busca de venganza.
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LAS HERMANAS SIN ROSTRO.
HorrorUna madre desesperada por no poder concebir realiza un tenebroso pacto el cual desencadena un horrible castigo a sus hijas. Sintiéndose ellas burladas por los hombres debido a su aspecto, van en busca de venganza a todo aquel que las desee.