El grito de la criatura fue horrible. Daniel dió un paso atras y se quedo mirando al espiritu caotico que tenía en frente.
El demonio estaba en el suelo de la iglesia, su cola negra y envuelta en piel golpeando fuerte las placas de madera. Su sangre, oscura y viscosa, salpicaba las pinturas con santos puestas en el pared.
-No está mal... Que pena que has ensuciado tanto el sitio...
Daniel miró atras, a la chica de pelo negro y ojos grises que le miraba desde la puerta por donde entraba, normalmente, el coro.
-¡Calláte, Ela! Tu tampoco eres perfecta... le dijo él, una sonrisa burlona apareciendo en sus labios, mientras se dejaba caer de rodillas enfrente del espectro. Tiró a un lado la espada sucia de la sangre, su sonido llenando el edificio. Bueno, el sonido del golpe y el de los suspiros de la criatura que agonizaba en el suelo...
-¿Porqué no está muerto ya? preguntó Ela, pisando las alfombras sucias de sangre de la iglesia.
-No se lo merecía... Una muerte limpia... dijo Daniel, intentando recuperar el aliento.- Es una criatura viciosa y sin escrúpulos que ha robado una caja mágica... Y seguramente ha matado a alguien para conseguirla...
Subió la mirada sobre la chica que ya estaba arodillada cerca del caótico.
El pelo negro se le había rizado por la humedad de fuera y las mejillas le estaban coloreadas en rojo carmín que le embellezaba su pálida cara. Era guapa, o, por lo menos, así decian los chicos guardianos que se habían parado hace tres días en el Mausoleo. Él nunca se había fijado en esto...
-Daniel... Eres cruel... murmuró ella mirando al chico.- Dame tu puñal.
El muchacho la escuchó y se sacó el cuchillo de la cintura y despues se lo tiró. No le gustaba cuando tenía que respetar las normas de alguien. Pero Ela era su amiga y quiza por esto no le importaba tanto...
La joven implantó el puñal en el pecho oscuro de la criatura. Era un golpe limpio, justamente sobre el corazón que mató al espectro al instante, salvándolo de una muerte dolorosa y agonizante.
Daniel se levantó y cogió su espada otra vez, el tacto frío y conocido del metal tranquilizándolo. Dece le había dicho que el arma de un guardian le definía. Sintió en aquel momento que el viejo líder de la familia quiza tuviera razón...
-¡Eh, chicos! gritó una voz desde la puerta abierta de golpe de la iglesia.
Daniel miró al lugar y reconoció al instante el muchacho que se estaba retomando el aliento, nubes gruesos saliendo de su boca en el frío aire. Su pelo estaba recogido en una cola gruesa y larga que le caía por la espalda, sus cabellos rubios del chico pareciendo de plata en la débil luz de la luna.
Ela se relajó inmediatamente cuando se dió cuenta quien era.
-¿Qué pasa, Ciprian? preguntó Daniel, sintiendo que su mejor amigo tenía algo muy importante que contar.
El chico rubio avanzó. Su camisa blanca estaba manchada de sangre y en su mejilla se veía un corte superficial. Daniel sabía que no era nada grave para su compañero.
-He perseguido al otro espíritu y mirad que guardaba en la caja robada...
El muchacho abrió el puño izquierdo, donde tenía un remolino de material azul oscuro, sorprendentemente limpio. En el medio Daniel vió una piedra blanca, tan blanca que parecía una luz pulida y fina en la semioscuridad del edificio.
Ela hizo un paso atrás y cubrió su boca con la mano. Tenía los ojos grises muy abiertos.
Daniel se tensó. Su mandíbula se cerró fuerte y los nudillos de su mano emblanquecieron sobre su espada. No sabía que hacer o decir...
-Es... ¿Es la cosa real? preguntó débilmente Ela despues del instante de silencio entre los tres.
Luces doradas le iluminaban el cuello y las muñecas de la chica. Lo mismo pasaba con Ciprian y Daniel sabía que, sin sombra de duda, esto le pasaba a él tambien.
-Sí, lo he comprobado... respondió el rubio y Daniel sintió como el corazón se le aceleraba de un modo muy doloroso.
-¿Qué hacemos? le preguntó Ela, su mirada y la de Ciprian buscando su respuesta.
El chico les miró a los ojos, su mirada de color azul reuniendóse de modo muy peculiar con la gris y la verde de sus amigos.
-Nos vamos con la familia... Nos hemos quedado sin tiempo...
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Los Guardianos- los protectores del Labirinto
Romance¿Qué harías si tus padres estarían encontrados muertos en tu porche el día de Navidad? ¿O cuando el mas preciado de tus objetos esta robado? A parte de esto, Diana, una joven de 16 años, se encuentra herida de un monstruo y descubre que el mundo es...