Yang durmió tanto como pudo, para su fortuna no tuvo ningún sueño por que de seguro hubiera sido una pesadilla, se levanta y se arregla, cuando camina a la planta baja pasa frente a la habitación 3, mira la puerta y no puede evitar abrirla, el interior ya había sido arreglado por los trabajadores y se veía como cualquier otro cuarto.
Camina lentamente por la estancia y se sienta en la cama; se fija en la mesita de noche donde Blake solía poner sus libros, agacha la mirada imaginando a la pelinegra acostada en el lado izquierdo con Snow sobre sus piernas, recuerda algo esencial en el felino.
— Cuídense mutuamente...— murmura sacando de su bolsillo la pañoleta morada que había guardado en la mañana y la estira — Y sean felices... — toma los dos extremos de la tela y con cuidado la amarra al rededor de su brazo, respira hondo y da un último vistazo antes de cerrar la puerta para nunca volver a abrirla.
— Te digo que no fue nada, ¡Ya está curando!— cuando llega a la sala puede escuchar dos voces en una de las oficinas cercanas.
— ¡¿No fue nada?! ¡Un poco más profundo y pierdes el ojo!— Yang pasa saliva, esa es la voz enojada de Winter y la otra claramente es la hermana menor.
— ¡Pero no fue así!— hay un silencio antes de escuchar como una puerta se abre, la rubia no puede verlas pero si escucharlas mejor — Winter... He pasado por peores cosas, las heridas físicas se curan pero las emocionales no... Se que lo entiendes... —
— No quiero perderte Weiss... Eres lo único bueno que queda de la familia... — la joven Xiao Long sonríe, le tiene aprecio a Winter, le recuerda a ella y la relación que lleva con Ruby, la que dejaría de tener a partir de ese día.
— Ya pasó Winter, no me vas a perder — las hermanas se abrazan y se separan, la menor se encuentra con Yang al entrar a la sala — ¿Ahora tú eres quien madruga?— pregunta notando la tela morada en el brazo y reconociéndola de inmediato pero no dice nada al respecto.
— Sabes, esa cicatriz le da color a tu piel, parecías vampiro — bromea la más alta sacándole la lengua, ambas quieren actuar lo más natural posible.
— Claro que no— Ruby baja las escaleras dando saltitos como una niña pequeña — Solo mira — la ojiplateada llega hasta la heredera y besa su mejilla con cariño — Buenos días— saluda con una sonrisa mientras ve como la cara de su compañera se tiñe de rojo —¿Ves? Helado de fresa —
Weiss la regaña mientras amarillo y rojo ríe por la reacción, las tres pasan al comedor con naturalidad, pero cierto par no puede evitar mirarse constantemente.
— Hey Rubs— Yang llama la atención de su hermana — Quiero llevarte a un lugar especial hoy así que te quiero en 10 en el subterráneo— la ojiplateada abre los ojos entusiasmada y se come el desayuno en menos de dos minutos para salir corriendo a arreglarse.
— ¿Cuándo le vas a decir?— pregunta Weiss insegura, al haber escuchado la conversación con Rubén sabe cuál es el plan, un último día que sea inolvidable.
— Cuando regresemos— la heredera asiente en silencio — Mira... Cuando me vaya no va a ser fácil, y no quiero que pienses que es tu obligación cuidar de Ruby... Pero no hay mejor lugar para ella que a tu lado, por favor, cuídense mutuamente ¿Si?— Weiss la observa en silencio.
— Te lo prometo Yang, Ruby nunca será una carga, ahora hagamos de hoy el mejor día de todos — ambas asienten y chocan los puños mientras se preparan, se encuentran en el garaje y suben en el convertible de la peliblanca, como cosa rara no se queja solo sube en la parte del copiloto con Ruby en los asientos traseros.
— Hoy va a ser un día que ninguna va a olvidar — Yang sonríe mientras acelera y lleva el carro a la carretera principal colocando música para alivianar el ambiente.
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Un Error Puede Cambiar Muchas Vidas
FanfictionYang Xiao Long, nuestra protagonista. Un pasado difícil esconde tras su espalda, y un juramento con ella misma le llevó a tomar el camino de una asesina. Miembro y segunda líder de la organización "Colmillo blanco", hace justicia con sus propias man...