Capitulo 23

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Sur América, Colombia.

Uno, dos, tres... cuarenta y ocho, cuarenta y nueve, cincuenta; descanso de treinta segundos y continuo mi rutina de piernas.

El haber visto Jack me desestabilizó demasiado, creí que mis sentimientos por el ya estaban muertos, cuan equivocada estaba, la única manera que hasta ahora he encontrado para no pensar en el, es el ejercicio.

Cuando el se casó con Lilith, mi corazón quedó destrozado, todos los días lo deseaba, anhelaba su presencia, lo quería conmigo, sus caricias, sus besos, sus miradas, todo de el lo quería. Mi libido en esos días estaba por los aires, quería tener sexo a cada momento, tuve orgías, trios, cuartetos e inclusive llegué a practicar el juego de roles, amo y sumiso, el BDSM no es lo mío, odio el dolor y lo que provoca, por eso me alejo y evito todo lo que puedo aquellos mundos.

Jackson, Jackson, Jackson.

Todo lo que pienso es en él, mi cuerpo esta experimentando el deseo de tenerlo entre mis piernas, quiero sus mimos y sus chistes tontos, a pesar de que estuvimos una sola vez y que lo hicimos durante mucho tiempo, no he encontrado hombre como el, busco y busco pero no hayo, pensaran que tengo a Louis, pero la única vez que estuvimos nos dimos cuenta que solo fue atracción y capricho por parte de los dos, tuvimos sexo, pero acordamos en ser amigos y ahora somos como hermanos.

Son las 6:30 am y a las 8:00 es la hora de ir a la sede, sigo haciendo ejercicio y a las 7 en punto, comienzo arreglarme. Louis ya está despierto y me riñó porque no hice el café de todas las mañanas, la verdad olvidé completamente hacerlo, me doy un baño con agua fría, (normal en Colombia por su temperaturas altas) me lavo el cabello y unto el jabón en mi cuerpo, luego de diez minutos, ya estoy secandome, me pongo mi ropa interior color rosa pastel, sin encaje porque es un poco incómodo, mi look hoy se centra en ir cómoda, unos pantalones azules tiro alto y rotos en las rodillas, una blusa de tiras blanca y mi infaltable camisa roja de cuadros, mi calzado son unos tenia convers color blanco, diran que muy informal, pero en Colombia hace mucho valor y hay que estar lo mas comodo posible.

Mi cabello lo desenredo y me hago una coleta alta, unos mechones rebeldes se salen y los organizo de manera que no queden en mis ojos, me echo perfume y listo, solo de maquillaje me puse rimel y labial, no nesecito ir muy arreglada.

-¿Lista?- pregunta Louis desde el mueble de la sala.

-Lista, ¿Llevas tu placa?- él se lleva las manos a la cabeza y se va trotanto hacia su habitacion.
Niego al ver que siempre es lo mismo.

-Ya la tengo.

-Vamonos entonces- salimos del hotel donde no hospedamos y nos adentramos al auto.

-¿Que sentiste cuando lo viste?- interroga. Quiere saber mi reacción.

-Sentí que me desmayaría en ese instante, nunca creí que lo volvería a ver y menos aqui, Sam me había dicho que lo habían mandado muy lejos, y mira que solo es en el continente vecino- suspiro y miro hacia el techo del carro- sentí un tirón en mi corazón cuando me miro a los ojos, quería besarlo y hacerle muchas cosas, mi mente pervertida se puso en estado on cuando ya llevaba un año inactiva.

-Me sorprende que no te le hayas tirado encima, y mas aun que tengas abstinencia de un año, no me lo dijiste- su preocupación en ese tema es justificada.

No puedo dejar de tener sexo, podría morir, pero yo prefiero masturbarme que dejarme follar de otro hombre, así mi libido disminuye y yo no tengo tanta necesidad de acostarme con otro.

Ademas, hay unas pastillas especializadas para mi, me ayudan a que la ansiedad y las ganas no me consuman como para perder el control y la razón de mis actos. No me lo quita pero evita que haga barbaridades.

Ninfómana ©  [+18] (✔️) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora