URIEL (CAPITULO DOCE)

8 6 0
                                    

Cuando medianamente los dolores físicos atenuaban, Luna volvía a torturarlo con el látigo de fuego pero en todo su cuerpo sin piedad alguna.  Inmediatamente después los guardias empezaban con los látigos oscuros, a veces eran dos y otras veces cuatro. Todo dependía del humor de Luna. Por supuesto que no se desmayaba en ningún momento, por tal  razón su mente permanecía agotada y su poder seguía bloqueado en su interior mismo.

En los instantes en que finalmente se desvanecía el espíritu de la oscuridad invadía su mente al intentar de nuevo dominarlo y él, tras enfrentarla, obtenía el mismo resultado. Su luz desintegraba la oscuridad que amenazaba con controlarlo. Aquello enardecía más aún a Luna quien iniciaba otra sección de torturas físicas. Todo se repetía como si fuese un círculo vicioso.

Uriel había perdido la cuenta ya del tiempo en que pasó estando encerrado allí ni le importaba saberlo, solo pensaba en la manera de seguir resistiendo mientras lograba romper esas odiosas cadenas. Empezaba a lograr agrietarlas y Luna ni nadie  se habían percatado de ello. Su cuerpo cicatrizaba rápidamente quedando tan perfecto como siempre, sin ninguna cicatriz visible. Sin embargo no sucedía lo mismo con su alma ya que las cicatrices internas comenzaban a echar raíces en su ser interior.

- Eres patético – le decía Luna mientras caminaba a su alrededor – Un anormal – lo devoraba con la mirada -  Condenado a la eterna soledad porque todos tus amigos y seres pertenecientes a tu raza están a mi lado. Yo soy la soberana de todos ellos. Tú mismo gemelo me aceptó, puedes negarlo todo lo que quieras pero yo se la verdad. Todos estamos unidos y muy pronto serán liberados de la prisión en la que los encerraste. Ariel mismo se ocupará de ello. – Uriel negaba con la cabeza – Niégalo todo lo que quieras pero pronto los verás aquí. Solo tú te resistes a unírtenos ¿por qué? Después de todo pertenecemos a la misma raza. Bien podrías volver a nosotros y regresarías a la familia auténtica.

Uriel la contemplaba desolado pero permanecía en silencio y firme en su decisión, no importaban las mentiras que le diga. Él jamás aceptaría que su gemelo sea un esclavo de ella ni él mismo se rebajaría a servirla.
- ¿Familia auténtica? – dijo él con esfuerzo – Te equivocas Luna, no son una familia. Lo que tú hiciste con nuestra raza fue someterlos, frustrar sus planes originales. Destruir sus verdaderos deseos. Y pagarás por ello – luego le escupió sangre en el suelo donde ella pisaba – Me das asco maldita.

Sus miradas se clavaron, ambos observaban hasta dónde era capaz de llegar el otro. Contemplaban qué tan poderosos eran en realidad, Luna supo que jamás sometería a Uriel a su voluntad como hizo con los demás. Ni Ariel tenía una luz tan poderosa como él, aquello era frustrante y enigmático a su vez. ¿Por qué el espíritu del destino era incorruptible? Después de todo él no era el espíritu de la luz, aquel ser fue desintegrado hacia demasiado tiempo atrás, cuando ella logró obtener mayor poder debido a su destrucción. Uriel ya existía por aquel entonces.

¿Acaso él había absorbido parte del poder del Espíritu de la Luz? Si ese fuera el caso Ariel debería haber hecho lo mismo  porque ambos estaban presentes pero ¿cómo entonces el espíritu del tiempo fue infectado por ella?
Uriel sabía cada detalle de lo que atravesaba por la mente de Luna, conocía su preocupación y sus temores. Sonrió al leer aquel interrogante y aunque ella intentó ocultarlo no se lo permitió. Mientras sus miradas permanezcan atrapadas él podría saber cada detalle de lo pensaba y sentía Luna.

- Lograste desintegrar al espíritu de la luz tal como había sido creado pero no acabaste con su esencia – le dijo Uriel sin mover los labios, directo a su mente – Su espíritu aún existe y sigue enfrentándote
- Está en ti
- No
- En….¿Ariel?
- Tampoco
- ¡Dímelo!
- Solo te diré que tú jamás podrás volver a dañarlo mientras que él puede continuar enfrentándote cuantas veces quiera y pueda hasta desintegrarte para siempre.

CONTRASTES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora