Capítulo once

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Me río en voz alta al verlo hacer todo tipo de caras mientras baila. Tomo de un sorbo la cerveza que está en mi mano, mi cabeza palpita cada vez que quiero recordar cómo llegué a esta situación, estaba en el restaurante hablando y ahora estoy aquí en mi departamento con Chese haciéndome reír a mares.

—Me gusta tu sonrisa. —Se acerca a mi lado para quitarme la botella de cerveza y tomárselo. Su ropa está hecho un desastre ni que decir el mío. Estamos hechos una porquería.

—¿Enserio? —Sus palabras me hacen llegar a un sentimiento profundo. —Sé que tienes un pico de oro.

—Lo sé, pero lo digo con el corazón en la mano. —Se sienta mientras sigue tomando, agarro uno y la abro. Tomo un sorbo y espero a que me haga decir cosas qué sé que jamás lo voy a decir estando sobria. —Siempre lo tuviste, siempre estuvo en tus manos.

—¿Aún después de que te dejé? —Mis emociones quieres salir todas a sola vez. Asiente arrastrándose en las dos piernas y se acerca a mi lado.

—Jamás miré a otra mujer que no eras tú. —Agarra mis manos y las aprieta. —Te di el espacio, pero sólo me duró poco tiempo. —Ríe, sé que habla sobre las cartas y los regalos. Querer saber del pasado ya no está en mi meta. Solo quiero vivir el presente junto a...

—Me gustó que hicieras eso. —Quiero estar con él, pero algo me impide y no sé qué.

—Será mejor que dejemos las cosas aquí, no quiero hacer algo que después estés arrepentida.

Se levanta del suelo y trata de arreglarse pero hace un trabajo muy mal.

—¿Sabes que pensé cuando me levanté en tú cama? Lo digo por el día después de que desperté.

—Me asusté cuando te caíste de nuevo, ahora sé que fue él mismo chico cuando te empujó el día que hablamos. Estuve investigando todo ese tiempo que nos separamos. La chica, que por cierto se llama Diana, quería estar conmigo, cosa que no hubiera sucedido, por qué tú me llamabas la atención. Hace tres años no te recordabas nada, por eso ella se encargó de ser lo único que quedaba, ser mi secretaria. Por eso estaba pasando períodos de pérdida de dinero, no sabía dónde estaba la fuga, en ese tiempo tú me ayudaste. Hasta hace un año, cuando recordaste lo que pasó pensé que era una alucinación tuya. Después de firmar el documento de divorcio, la investigue. —Se queda a espaldas mío mientras me habla, pero no pasa más de cinco segundos él se voltea. Veo en su mirada arrepentimiento. Me levanto y me acerco pero él se aleja dando un paso hacia atrás. —Me arrepentí cuando supe lo que era ella y lo que hacía a mi empresa, me volví loco al saber el error más grande que hice, fue separarme de ti. Traté de alejarme pero no podía, sé que pensarás que estoy loco al saber que te espié por las redes sociales. No lo pude evitar, tenía que hacerlo.

Me acerco y lo acorralo en la pared, le agarro la cara y la acerco a la mía. Mira mis labios, yo sólo las humedezco.

—Cuando desperté contigo al lado tuyo, pensé que era una broma y cómo es posible que tuviera esposo, yo en mi vida jamás me imaginé casarme, pensé vivir en el pecado. —Los dos nos reímos, acerca sus manos lentamente a mi cintura al ver que no le digo nada, la aprieta y me acerca. —Pero me desperté con la interrogante de ¿Tengo esposo? Pero te aseguro que te dentro mío tenía sentimientos hacia ti, pero lo relacione con algo habitual pero ahora me doy cuenta que si me casé contigo fue con amor. Ya no me importa el pasado, lo siento si eso te hace daño. Pero no lo recuerdo, sólo quiero vivir en el presente contigo. Quiero empezar desde el principio, quiero pasarlo junto a ti.

¿Tengo esposo? ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora