10.

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Wooyoung no aparecía hace días y los chicos estaban empezando a preocuparse, por su parte Yeosang estaba que se tiraba de los cabellos porque su amigo nunca pero nunca había faltado a su trabajo y que lo haya hecho era sumamente raro.

El primer día incomunicados con el rubio pasó casi normalmente pues pensaban que se estaba tomando un descanso del mundo que estaba conociendo pero cuando la secretaria del menor llamó a Kang para preguntarle si había tenido contacto reciente con él las cosas comenzaron a tornarse serias. El primero en saber sobre la preocupación de Yeosang fue Mars quien no dudo en ayudar a su pareja la situación, el mayor luego les avisó a los demás que también se sumaron.

El último que lo supo fue San y no por elección del modelo, porque si fuera por él no le hubiera dicho para evitar lo que vino después, así que se enteró por Min.

―¿Qué Wooyoung qué?―fue lo primero que preguntó cuando el de pelos azules le dijo que no tenían noticias del menor hace un par de días y que creían en la posibilidad de que hubiera desaparecido.

San conocía el mundo en el que estaba metido y sabía que no era agradable y mucho menos pacífico, por eso un mal presentimiento lo atacó al escuchar al segundo mayor del grupo.

Sentado en la oficina de su taller mecánico pensó en todas las opciones en las que Wooyoung pudo haberse dejado de hablar con ellos. Habían pasado días desde que se enteró y aún no había rastros de él, así que terminó por elegir en meterse en su casa para buscar evidencias.

No estaba contento de sus habilidades para abrir puertas facilmente pero agradecía contar con ellas, sobretodo cuando la cerradura hizo un ¡click! dejando abierto el hogar. La casa de Wooyoung era esa mezcla entre acogedor y simple, el espacio perfecto para que viviera una sola persona. Las paredes eran blancas y estaban llenas de cuadros con fotos, en la mayor parte de ellos estaba con Yeosang quien formaba parte de su vida desde que eran pequeños, lo que hizo a San sonreir.

Llegando al living fue cuando sus sentidos se pusieron alerta, los muebles estaban corridos contra la pared y una sola silla, que suponía que era de la cocina porque no combinaba con lo demás, estaba colocada solitariamente en el centro.
Al rededor del objeto había cuerdas con nudos y un pedazo de tela negro que colgaba del borde, ah, y una nota.

Tomó la hoja entre sus dedos y la guardó en su chaqueta con un sentimiento de miedo creciendo dentro suyo, la leería luego. Siguió avanzando a la cocina y encontró el vaso roto, marcas de zapatos en la isla del centro y precintos negros. Su corazón se estrujó al ver que esas cosas eran claros indicios de un forcejeo pero lo que lo hizo sentir ira fue la silla en el living. Eso había sido tortura y estaba seguro.

Había visto ese método antes y cuando abrió la nota ya tenía una idea de quién podría ser. Rápidamente la arrugó y sacó su movil para avisarle a los demás que había surgido una situación.

―Jaw, avísale a los demás que Soobin ha vuelto.

Un sonido ahogado salió del menor.

―Hace años que no aparece...¿Cómo es posible?―intentó conectar algo que le diera la respuesta pero fue en vano―¿Los demás también están aquí?

San masajeó sus sienes con los dedos y suspiró, este era un tema que no se tocaba hace mucho tiempo.

―Lo último que sé es que uno de ellos había fallecido, Jaw―el solo mencionar eso hacía que su estómago diera un vuelco.

GASOLINE AND FIRE¹ ― WOOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora