_Capítulo 4 _ En el patio de reuniones_

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Uruguay volvió a golpear el estómago de Chile con su pie. El de estrella en el ojo seguía sin comprender. ¿Que mierda pasaba?

Y era difícil saber, con una venda en los ojos y la boca tapada.

Había escuchado la voz de Paraguay, pero era imposible. El paraguayo era tan tierno, sería incapaz de dañar a alguien... ¿No es cierto?

Pero su sangre se congeló cuando escuchó la voz de Uruguay...

Sus ojos lagrimiantes debajo de la tela se cerraron al sentir el filo de un cuchillo rozar su estómago, ¿Uruguay era el que había matado a su hermano?

Paraguay le pasó la cámara por petición de su hermano menor, el cual le tomó una fotografía de cuerpo completo a Chile. Aún con ambas mordazas, en calzoncillos al igual que como estaba Argentina hacia un par de días, con los brazos atados el la parte trasera del respaldo de la silla y con un pie en cada pata de el susodicho asiento.

- Ay, Chile... Me caías tan bien... Pero le quisiste dar a MI novio...

- ¡Mmm! -Negó con todas sus fuerzas. Tenía que explicarle a Uruguay antes de que lo matara. Había entendido todo mal.

- Creo que te quiere decir algo... -Susurró Paraguay viendo las lágrimas de Chile rodar por sus mejillas... Ayudaría a Chile si tan solo Uruguay no lo matara después de eso.

- ¿Que querés decir? -Le quitó la mordaza y la venda al chileno, viendo los irritados ojos del sudamericano.

- ¡U-Uruguay! ¡Eso no era para mí y para Brasil! -Dijo referiendose a la caja- Brasil me los pidió para tí -Trató de hablar lo más neutral que podía, no era momento para más males entendidos.

- ¿A no...? ¿Y te parece que te voy a creer?

- ¡Po' favor po'! ¡Te digo la verd-! -El cuchillo enterrándose en su estómago le hizo pegar un grito desgarrador mientras un leve chorro de sangre salía de la comisura de sus labios.

- ¡Uruguay! ¡C-Creo que dice la verdad!

- Ay, ¿Encerio? Querés ser el próximo en esta silla, ¿No?

No respondió.

- ¿Me alcanzás el alcohol?

- ¿El alcohol...? -Miró a su medio hermano menor, el cual le extendió la mano.

- Solamente lo voy a... Desinfectar -Sonrió macabramente- Ah, y un cuchillo también, le voy a arrancar el dedo.

Paraguay tragó cerrando los ojos, escuchando los gritos que daba Chile cada vez que Uruguay castigosamente echaba un buen chorro de alcohol en su herida aún con el cuchillo en el clavado en este, pero el remate fué el grito que el chileno dió cuando le cortaron el dedo meñique de la mano izquierda.

Por suerte el sufrimiento de Chile ya había acabado, y ya estaba muerto, solo faltaba dejarlo en un lugar que fuera descubierto pronto... ¿Y que mejor lugar que el patio de reuniones de ONU?

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- ¡Que te calles! -Gritó susurrando el uruguayo.

- ¡Lo siento! -repitió el tono de voz de su hermano dejando el cuerpo de Chile en el patio de reuniones con ayuda de Uruguay.

Le dolía tanto ver la escena.

- ¿Que haces? -Preguntó susurrando el paraguayo viendo a Uruguay poner la foto que le había tomado anteriormente a Argentina sobre el cuerpo de Chile mientras sostenía la foto con un clip.

- Evidencia -Susurró sonriendo- Ahora vámonos antes de que nos vean.

Ambos salieron por los arbustos, dejando los guantes de goma que habían usando en un contenedor dentro de una bolsa.

Sin más evidencia que la foto, ambos durmieron esa noche, uno más que otro, claro está.

«Asesinatos Safas»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora