Capítulo 1

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Cerró los ojos sintiendo como unas grandes manos se deslizaban por su cuerpo desnudo. Las manos atadas sobre la cabeza eran un impedimento que trataba de sortear para mantener su mente ocupada en otra cosa que no fueran las sensaciones que experimentaba al notar el roce de los largos dedos masculinos sobre la ardiente piel de su cuerpo. Abrió los ojos pero el placer parecía nublar sus sentidos impidiendo que pudiera enfocar bien la vista, haciendo de su visión algo borroso. El enorme nudo que parecía haberse formado en la boca del estómago comenzó a crecer al sentir que su cuerpo estallaba en un poderoso orgasmo gracias a los dedos del hombre.


Abrió los ojos de golpe, sobresaltada al darse cuenta de que el incesante repiqueteo de la alarma había comenzado a sonar un tiempo atrás. Apagó la alarma del reloj con desgana y se llevó una de las manos a la frente, esperando a que la respiración volviera a ser regular. Sus ojos examinaron el pequeño dormitorio distraídamente hasta que la mirada se posó sobre el reloj. Alarmada, ahogó un pequeño grito y se levantó de golpe, adentrándose con velocidad en el cuarto de baño. Se metió en la ducha y, con toda la rapidez que le fue posible, se bañó y lavó el cabello. Sus ojos se encontraron con el reloj del baño y maldijo antes de terminar de liarse la toalla a la cabeza. Sacó la pasta de dientes y, mirando su reflejo en el espejo, comenzó a lavarse los dientes con ahínco. El rostro delgado del cristal le devolvía una mirada verde que parecía reprenderla. Apenas había encontrado trabajo y parecía que iba a llegar tarde el primer día.

Salió del cuarto de baño y, por el pasillo, se deshizo de la toalla que cubría su largo y húmedo cabello castaño, tirándola al piso sin ver donde caía. Se adentró en el dormitorio y sacó algo de ropa del pequeño y viejo armario. Una sencilla blusa blanca y unos jeans más desgastados de lo que a ella le habría gustado aceptar fueron la elección final que tomó. Se mordió el labio mientras su propio reflejo le devolvía una mirada preocupada desde el espejo de forja blanca y pie entero que había junto al armario. No se consideraba una mujer hermosa, pero las curvas repartidas por su cuerpo y su generoso trasero eran motivo suficiente para tener a algunos hombres flotando a su alrededor como moscas.

No había parado de corretear de un lado a otro desde que se había levantado y no fue sino hasta que cerró la puerta de su pequeño piso que se dio cuenta de que no había desayunado nada. Maldijo en voz baja y sacó el móvil del bolso para ver nuevamente la hora. Apenas tenía el tiempo justo para llegar al trabajo, lo que no le daba tiempo para detenerse a comprar nada en alguna cafetería. Se mordió el labio sabiendo de ante mano que no iba a durar toda la mañana sin tomar nada. Finalmente decidió sacrificar un par de minutos y detenerse en la primera cafetería que encontrase. Una vez que tuvo su café entre las manos volvió a encaminarse hacia el que, si no ocurría nada, seguiría siendo su puesto de trabajo. Rogó porque pudiera llegar a tiempo, esperaba que no la despidieran nada más llegar y si para ello tenía que suplicar, lo haría.

—Buenos días —musitó al entrar en la elegante edificación. La luz se adentraba en el amplio vestíbulo por los grandes ventanales que llegaban al techo. La recepcionista recibió el saludo con un asentimiento de cabeza, a lo que la mujer se apresuró a tomar el ascensor para llegar a la planta correspondiente. Bajó la cabeza y se concentró en terminar su café mientras que las otras dos personas que la acompañaban en el ascensor parecían hablar entre cuchicheos. Al salir del ascensor la recibió una impaciente Louis, la mujer que le daría sus primeras indicaciones.

—Ya era hora de que llegase, señorita Nichols —comentó con aire insultante a lo que la mujer solo pudo dar una disculpa azarosa—. Su trabajo será sencillo. Solamente debe sentarse aquí y revisar los papeles que encontrará dispuestos en su mesa cada mañana. Si el jefe tiene algo que decirle se comunicará con usted por medio del teléfono para cualquier cosa mi número está en la marcación rápida. Cualquier pregunta solo tiene que marcar y le atenderé en caso de no estar ocupada.

The bossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora