Capítulo 13

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-¿Te gusta Manu?.-pregunto la peliazul fijando los ojos en la chica frente a ella.
-Si.-admitió.
-¿Tú le gustas a ella?.-pregunto sería, tratando de no quebrarse porque sabía la respuesta. Notaba como la pelinegra miraba a su mejor amiga.
-No lo sé, eso solo lo sabe ella.
-Creo que le gustas, te mira cuando estás distraída, lo sé porque yo la miraba a ella.-admitió.
-Lo siento Emi, de verdad no era mi intención, no sé cómo llegaron las cosas hasta este punto. Lo que menos quiero es lastimarte, tú eres como mi herma...
-Somos hermanas, no hay nada que perdonar. Te gusto y eso no tiene nada de malo.-interrumpió. -Aparte esa chica es preciosa no te culpo por fijarte en ella, yo también lo hice.-soltó una leve risa. -Te agradezco que me estés hablando con la verdad, solo ya no la lastimes pude notar como la afecto las cosas que le dijiste, no fue la indicada para mí pero quizás lo sea para ti.-agregó.

Después de todo parecía que gustar de la misma persona las había unido un poco más. Su amistad era más fuerte que pelear por una persona. Emilia era consciente que Manuela a ella solo la veía como una amiga, por otro lado nunca había visto a la chica de ojos verdes tan entusiasmada con alguien y eso era suficiente para que ella se hiciera aún lado.

Los días días pasaron con tranquilidad, Machu y Manuela solían reunirse después de clases en el jardín. Se había vuelto su lugar especial. Aunque ninguna confesaba sus sentimientos, la pasaban muy bien juntas. En las clases y pasillos se limitaban solo a saludarse o regalarse miradas cómplices. No querían dar de que hablar a pesar de que a ambas les encantaba ser el centro de atención y lo eran pero por separado.

Machu era conocida por ser una de las chicas más guapas del instituto, una gran cantidad de chicos babeaban por ella, quizás algunas chicas pero eso no se sabía ya que ella ante los ojos de los demás era considerada heterosexual pues sólo se le conocía Silverio como ex novio. También temida por muchas de sus compañeras por ser tan problemática, prepotente y hasta cierto punto aprovecharse de ser la nieta de la directora.

En cambio Manuela a pesar de llevar solo un poco más de una semana en el Like era adorada por casi todo el instituto debido a que siempre contagiaba con su buena energía, por ser una persona alegre aunque también era considerada problemática pues muchos sabían sobre su fuerte carácter, que era una chica ruda y eso era lo que más les encantaba a las chicas sobre ella. Era muy bien sabido la bisexualidad de la chica entre los estudiantes, desde el primer día varías chicas dudaron hasta de su propia sexualidad por sentirse  atraídas a la pelinegra, tiene a varios chicos detrás de ella pero en su gran mayoría son mujeres.

Llegó el tan esperado viernes y no tanto por ser el último día de clases sino por la fiesta de bienvenida que traía consigo.
Todos los jóvenes estaban emocionados, al parecer la fiesta organizada por Machu y sus amigas prometía con ser inolvidable. Quizás lo sería. Como era un día especial la directora aceptó la petición del consejo estudiantil con que las clases finalizaran a medio día, dando así más tiempo a los estudiantes de arreglarse para la fiesta y que todo en el salón de fiestas del instituto quedara perfecto.

*Laboratorio de biología*
Faltaban pocos minutos para terminar la clase, los alumnos solo miraban el reloj que colgaba en la pared con detenimiento, deseando que las manecillas de este se movieran más deprisa. Nadie más que Romina era la que prestaba atención a lo que él profesor decía.
-Veo que muchos de ustedes están aquí pero sus mentes no.-comentó pero parecía que nadie había escuchado sus palabras así que dio un fuerte aplauso sacando a todos los jóvenes frente a él de sus pensamientos. -¿Donde estaban?, si se puede saber.-agregó.
-Lo siento profesor, muchos de mis compañeros solo están pensando en la fiesta de esta noche.-explicó Romina, los demás alumnos lo negaron enseguida.
-Así que están en la luna por ¿una fiesta?.
-Con todo respeto, no es sólo "una fiesta" es la fiesta.-comentó Machu.
-Estará muy guay profe, hasta usted debería asistir.-sugirió la chica de ojos cafés.
-Yo no soy de salir de fiesta señorita Gandía.-confesó.
-No pasa nada profe, yo le ayudo con eso. Si se anima quizás hasta una amiga le presento.-dijo haciendo sonrojar al profesor y provocando un alboroto entre sus compañeros. El profesor era apuesto, de quizás unos 25 años y varias estudiantes andaban detrás de él.
-Será para la próxima señorita Gandía. Bueno viendo que están en otro planeta creo que hasta aquí la clase de hoy, los veo la próxima semana.-avisó.
Los alumnos salieron deprisa como si de eso dependieran sus vidas.

El equipo de natación había adelantado su hora de entrenamiento debido a la fiesta así que Manuela se apresuro a ir por sus cosas a su habitación, cuando salía de esta se encontró con la ojiverde en el pasillo.
-¿Donde vas tan deprisa?.-pregunto la castaña con curiosidad.
-Tengo entrenamiento de natación.-explicó con una sonrisa. -Y tu...¿ya terminaste con los arreglos de la fiesta?.
-No pero los chicos fueron a comer así que quise venir a descansar un poco.-explicó.
-Si quieres cuando termine el entrenamiento podría ir a ayudarles a decorar y esas cosas.-ofreció sin quitar la mirada de los ojos verdes frente a ella.
-Seria de gran ayuda, entre más personas sean será más rápido.-sonrío agradecida. El pequeño momento fue interrumpido por un grito a la distancia.
-¿Manu qué haces aquí?, deberías estar en camino al entrenamiento.-la ojiverde rodó los ojos al escuchar esa voz que comenzaba a irritarla.
-Hola Regina, si ya estaba por irme.-respondió. La pelinegra estaba por despedirse de la castaña pero Regina la tomó del brazo llevándosela por uno de los pasillos.
-Esa maldita gemela ya comienza a hartarme.-se dijo para sí misma cuando vio a las chicas alejarse.

Manchu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora