Manchu

Capítulo 14

Eran alrededor de las 4 de la tarde y la fiesta comenzaría a las 8pm. Aún faltaban mesas por montar, sillas por acomodar, el sonido y las luces no estaban listos aún. Era mucho trabajo y muy pocas personas, Machu estaba demasiado estresada, ella había quedado con que todo estaría perfecto pero las cosas parecían estar todo lo contrario.
-Tranquila nena, terminaremos a tiempo.-comentó Emilia tratando de animar a su amiga.
-Estamos muy retrasados.-cuestiono.
-Aún falta para la fiesta, todo saldrá bien.-insistió.
-Iré por algo de beber a la cafetería, necesito salir de aquí porque me volveré loca.-confesó caminando hacia la salida.
-¿Donde va?.-pregunto Antonia acercándose a la peliazul.
-Por agua, le hará bien respirar un poco de aire fresco. Ya comenzaba a perder la cabeza.-explico.

Después de unos minutos la ojiverde regresó al lugar, ya más tranquila, tomar un poco de aire parecía haberla ayudado. Se concentró en terminar con la decoración que faltaba y dar indicaciones sobre dónde debían ir las luces pero de pronto vio entrar a una gran cantidad de chicos al lugar. Entre la multitud pudo notar a Manuela quien al verla sonrió.
-Me contaron que necesitabas ayuda, así que aquí estamos. ¿Con que empezamos?.-comentó al estar frente a la ojiverde quien le regaló una gran sonrisa para después comenzar a dar indicaciones a todos.

Todo parecía estar yendo mejor, apenas había pasó una hora desde que Manuela había llegado con los demás chicos y ya casi todo estaba listo. Antonia comenzó a avisarle a sus compañeros que ya podían irse, que fueran a descansar antes de la fiesta. Manu se encontraba probando el sonido junto a un par de chicas, quienes parecían estar más concentradas en la pelinegra que en ayudar.
La ojiverde se percató de la escena y soltó una leve risa, ver a Manolo muy concentrada en lo que estaba haciendo mientras las chicas trataban de coquetearle le parecía algo muy gracioso. Después de unos minutos se decidió a acercarse.
-No sabía que también eras dj.-comentó cuando llegó a donde estaba la chica.
-Hay mucho que no sabes de mi.-cuestiono sin quitar la vista de la tornamesa digital y laptop que estaban frente a ella. Se quitó los auriculares y giró hacia la chica. -Pero podrías conocerlas si lo deseas.-agrego con una sonrisa pícara.
-Manuela nosotras nos vamos, iremos a comer algo si puedes nos alcanzas.-comentó una de las chicas que estaba a su costado. -No olvides que prometiste bailar conmigo.-recordó.
-No lo olvidó.-se despidió con una sonrisa mirando como las chicas se alejaban.
-No pierdes el tiempo Manolo.-rodó los ojos.
-También bailaré contigo, no estés celosa princesa azteca.-dijo mientras se acercaba un poco a la ojiverde.
La castaña reconocía que Manuela era alguien con muy buen verbo, sabía como llegarle a las personas con solo algunas palabras, eso le parecía un tanto sexi. Pero no se la dejaría tan fácil, ella no era de las que caía con solo unas lindas palabras.
-No tan deprisa.-estiró su brazo deteniendo los pasos de la chica, quedando su mano en el abdomen de Manolo, notando así que tan marcado estaba no pudo evitar estremecerse un poco. Aunque no era capaz de verlo sabía que era un abdomen muy bien definido, después de todo practicar natación si tenía sus beneficios pensó.
-¿Que pasa?.-pregunto sacando de sus pensamientos a la ojiverde.
-Discúlpa me distraje.-acepto.
-Lo note.-señaló con la mirada la mano de la ojiverde y está la quito inmediatamente.
-Gracias por la ayuda, de verdad esto hubiera sido un caos sin tu ayuda.-admitió. Y era cierto.
-Es bueno que lo reconozcas.-dijo, la castaña rodó los ojos, olvido que tan grande era el ego de la pelinegra. -Pero no hay nada que agradecer, haría lo que sea para que estés bien.-confesó, tomó las manos de Machu y se acercó un poco más a ella.
-¿Donde quedó la Manuela ruda?.-cuestiono.
-Esta durmiendo pero si quieres la busco.-bromeó.
-Me agrada más está Manuela.-admitió, rompió la distancia con un abrazo.
-¿Ya no soy Manolo?.-pregunto sin romper el abrazo.
-Siempre lo serás, me gusta ese apodo.-comentó.

Estuvieron conversando alrededor de 15 minutos sin romper el abrazo. Estaban solas en el salón, hasta que por una de las puertas entró un chico, llamando a la ojiverde.
-Machu, Machu, Machu.-la llamaba Leon a la distancia. La ojiverde volteó la mirada para encontrarse con el chico caminando hacia donde ella estaba.
-No te voy a soltar.-murmuró la pelinegra haciendo sonreír a la chica. No quiero que lo hagas pensó.
-Me dijeron que necesitabas ayuda así que vine.-comentó el chico cuando estuvo frente a ambas chicas, mirando un poco confundido por cómo estaban abrazadas pero no dijo nada al respecto.
-Colega creo que llegáis un poco tarde, ya yo le di una mano a esta tía.-cuestiono con una gran sonrisa mirando al chico pero sin soltar a la chica de sus brazos, Machu solo sonreía de la escena, era obvio que Manuela no quería dejarla sola con Leon y eso le parecía algo lindo aparte de que tenerla tan cerca no le molestaba en lo absoluto.
-Entonces, ¿podemos ir a tomar algo?.-pregunto mirando a la castaña.
-Estábamos teniendo un momento, si puedes regresar en 10 minutos te lo agradecería bastante.-argumentó la pelinegra.
-¿Un momento?.-pregunto confundido, demasiado tonto para darse cuenta que esas dos estaban coqueteando antes de su llegada.
-De amigas ya sabes.-dijo Manuela entre risas. Sabía que el chico andaba detrás de la ojiverde aunque eso la molestaba prefería tomárselo como a alguien a quien molestar.
-Manuela.-cuestiono la castaña, dando un pequeño golpe en la espalda de la chica.
-Esta bien, me iré.-aceptó, rompió el abrazo de mala gana.
-Bailaremos alrato ¿va?.-propuso Machu para que la pelinegra no se fuera molesta.
-Suena bien.-respondió. Dio un beso en la frente de la chica. -Cuidas a mi churri, adiós.-se despidió de León y salió del lugar.
-¿Su churri?.-pregunto a la ojiverde, quien tenía una gran sonrisa en sus labios debido a lo dicho por Manuela.
-Ya sabes, sus palabras españolas que sólo ella entiende.-explicó aunque claro que ella sabía que significaba eso.