Capítulo 14→Te miras lindo

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«Stiles«

La cena fue un éxito, de regreso a casa no podía dejar de pensar en todos los sentimientos que tuve en el pasó de unas horas.

Cuando creí que nadie podría arruinar mi felicidad, un balde de agua fría calló en cima de mí.

–¿De dónde vienes?– Mi padre preguntó desde el sofá.

–De una cena familiar, ¿Sabés que son?– Pregunté Sarcástico.

–¿De dónde vienes?– Repitió lentamente.

–Te lo acabo de decir– Seguí mi camino hacia las escaleras.

–Llamé a Scott y no estabas con él, ¡¿Dónde estabas?!– Mi padre ya no estaba sentado en el sofá, ahora estaba atrás de mí con las manos echas puños.

–Scott no es mi único amigo– Tragué saliva y retrocedí.

–¿Ah no? ¿Quién más, el niño de primer grado?–

–¿Sabés que? He tenido un día grandioso, no dejaré que lo arruines– Entré a mi cuarto y cerré con llave.

–¡Abre la maldita puerta, Stiles!– Mi padre pateó y gritó hasta que se cansó, mientras yo en una esquina trataba de superar un ataque de pánico.

•••

La alarma sonó exactamente a las 6:00pm, abrí lentamente los ojos, aún estaba en esa esquina, tenía marcas rojas en los brazos, las que supuse fueron causadas inconscientemente por mis uñas.

Me levanté de el suelo, tomé una toalla y me dirigí a la ducha. Duré un rato ahí, tratando de olvidar la noche anterior. No hubo resultados.

Al acabar, salí con la toalla enrollada en mi cintura, traté de buscar algo en mi armario que fuera de manga larga o no se pudiera arremangar.

No tenía muchas ganas de desayunar, así que tomé el Aderall, y de nuevo un yogurt.

Tampoco estaba muy seguro de si debía pasar por Scott, al final me decidí por hacerlo.

Llegué a su casa, toqué la bocina y me tomé de un trago el yogurt. No quería escuchar sermones.

–Creí que ya no pasarías por mí– Decía Scott mientras se subía. –Casi me voy en la bicicleta– Scott notó mi actitud y preguntó. –Dime que no pasó nada malo, por favor– Arranqué el Jeep.

No respondí su pregunta, y Scott para mí buena suerte no insistió.

–Llegamos– Susurré al llegar.

–¿Tienes turno?– Preguntó Scott mientras se bajaba. Yo solo lo imité.

–Sí–

–Sales a las 9:00pm, ¿Verdad?–

–Sí–

–Estaré en la puerta de tu casa a las nueve en punto– Guiñó un ojo. –Por favor, no hagas alguna locura–

–No le daré esa felicidad– Susurré bajo.

–¡Stiles!–

¿Amor? -Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora