No era usual que el Comisario Volkov se ausentase para trabajar, incluso si estaba enfermo. Preguntando en la malla, la gran mayoría de agentes no podían recordar que el ruso hubiera faltado ni un solo día al trabajo y Horacio no pudo evitar preocuparse. Si tan mal se encontraba Volkov para ir a comisaria, ¿Cómo es que no le había dicho nada? El pelirrojo revisó una vez más su teléfono, pero no había mensaje alguno.
Horacio y Volkov llevaban saliendo unos pocos meses, habían decidido mantenerlo en secreto porque en parte, era difícil para Volkov sobrellevar ese gran cambio que significaba en su vida de introducir alguien nuevo y preciado en ella; Sin embargo, no nos engañemos, su relación era un secreto a gritos entre sus compañeros de trabajo. Todos sabían el aprecio que se tenían mutuamente.
Horacio:
– Estás enfermo?? No has venido a trabajar hoy
– Necesitas algo? Puedo traértelo cuando regrese a casa
– Cuídate ♡ ♡ ♡
Volkov no respondió a su mensaje, ni inmediatamente, ni a lo largo del día. Horacio quería pensar que actuaba de esa forma porque no quería preocuparle, es decir, aquella era la reacción más lógica que podía esperar de su parte; pero realmente solo le ponía más nervioso.
En esos momentos agradecía que vivieran en el mismo edificio, aunque Horacio estaría dispuesto a viajar a cualquier parte para comprobar que efectivamente, su novio estaba más o menos bien. Había comprobado que efectivamente Volkov había abierto y leído los mensajes, así que vivo tenía que estar, al menos. Intentaba no formar una paranoia en su mente, pero era tarea complicada para un muchacho como Horacio.
Llamó a la puerta de su novio y efectivamente, escuchó pasos al otro lado, pero como si estuviera indeciso, Volkov no abría la puerta y Horacio llamó de nuevo. Entonces la puerta se abrió, pero solo unos escasos centímetros en los que Volkov se acercó a la pequeña abertura y realmente Horacio no pudo llegar a apreciar nada. No es que Volkov fuese una persona fácil de leer; él establecía demasiados muros a su alrededor que complicaban que fuera una persona comprensible, pero aquel día su comportamiento era tan extraño que rozaba lo absurdo.
–¿Estás bien? – Era la única pregunta que pudo formular Horacio y su tono de voz sonaba evidentemente, preocupado.
Notó como Volkov miraba al suelo, le daba la impresión de que no tenía muy claro cómo reaccionar y en la mente de Horacio solo le venían mil razones por las que su novio estuviera tan raro.
–Guárdame un secreto. – No era una pregunta, sino más bien una petición que, a Horacio no le dio tiempo a procesar. En cuanto se percató, la puerta se había abierto más y Volkov le había agarrado del brazo para hacerlo entrar al interior del departamento. No había sido un acto brusco, aunque debido a que Volkov era mucho más alto y voluminoso que él, la diferencia de fuerza entre ambos hombres era más que evidente.
Ahora que no había una puerta de por medio que bloqueaba su campo de visión, era imposible no ver las orejas en forma de gato que asomaban de la cabeza de Volkov; estaban orientadas hacia el suelo, otorgándole un aspecto asustadizo. En ese momento Horacio no se percató que Volkov no solamente tenía orejas de gato, sino también cola, pero esta se camuflaba perfectamente porque estaba pegada a la espalda del ruso.
–¿Es una broma?
–¿A usted le parece una broma? – La voz de Volkov se notaba alterada y entonces, su cola se irguió y sus orejas también se mantuvieron alerta. De acuerdo, Horacio empezaba a creer que eso era demasiado realista como para que fuera una invención artificial.
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Not an ordinary cat || Volkacio
FanfictionNo es usual que el Comisario Volkov se tome un día libre, incluso si se encuentra mal. Horacio jamás se podría haber imaginado la razón detrás de su ausencia: ¡A Volkov le habían crecido orejas de gato!