¡Hey tú! ¡Chico Popular!
Han pasado muchas cosas desde la última vez que te escribí, también han pasado muchos meses. De hecho, ni siquiera sé qué hago aquí, cuando las lágrimas corren raudas por mis mejillas y apenas me dejan ver con claridad lo que tengo delante. Por segunda vez desde que nos conocimos, me has llamado a horas intempestivas entre sollozos desesperados. Tu abuela ha muerto. Esa persona a la que querías por encima de todas las cosas, la única que te había apoyado en todas las decisiones de tu vida, fueran buenas o malas, esa mujer que había sufrido durante toda su vida con el único propósito de sacar a su familia hacia delante... ya no está. Yo he llorado contigo durante mucho rato, te he consolado en la medida de lo posible y después te he pedido que te fueras con tus padres, que les dieras el abrazo más enorme del mundo, porque lo necesitaban tanto o más que tú.Cuando terminó la cuarentena, nuestra vida dio un giro de trescientos ochenta grados, ya no podíamos saber quiénes éramos, nos hemos tenido que acostumbrar a ver a la gente que ya conocíamos y a conocer a gente nueva con una mascarilla en el rostro. Ya no somos los mismos, somos personas totalemente diferentes; esta pandemia nos ha cambiado, maltrató nuestras mentes y nos demolió los sentimientos que podíamos haber profesado en algún momento de nuestras vidas. Tú y yo seguimos juntos después del confinamiento, de hecho, recuerdo con inmensa claridad el día que nos vimos por primera vez, no podíamos acercarnos, no podíamos abrazarnos, tocarnos, querernos, entonces tú viniste a verme al balcón de mi casa, parecíamos Romeo y Julieta, recuerdo que nos reímos mucho aquella noche, nos susurramos secretos a la luz de las estrellas y nos sentimos plenos de nuevo después de la agonía de más de dos meses separados. Me dio la sensación de haber estado conteniendo el aire durante el tiempo que no te había visto y soltarlo todo de golpe cuando tus ojos se cruzaron con los míos, volví a respirar de nuevo cuando verdaderamente sentí que estabas a mi lado. Hablamos muchísimo durante la cuarentena, aclaramos nuestros sentimientos y, a pesar de que sabía que te amaba, no te lo dije, de hecho, todavía a día de hoy, no lo he hecho, tengo miedo a que vuelvas a hacerme daño. Después de un verano convulso en el que las personas no se ponían de acuerdo, tú y yo nos fuimos a la universidad, siendo amigos, aún seguimos sin formalizar nuestra relación, tú no quieres presionarme y no sabes lo mucho que yo te agradezco el hecho de que no lo hagas. Estamos en residencias universitarias distintas, pero nos vemos con frecuencia, hablamos de todo lo que nos ocurre, de los sentimientos que vamos desarrollando con el paso del tiempo... Y por primera vez en mucho tiempo, puedo decir que soy feliz con la nueva vida que tengo, soy feliz con mis nuevos amigos de la universidad, con mis compañeros de residencia a los que considero, a día de hoy, una parte fundamental de mí, con mi carrera, con mis asignaturas... soy feliz contigo, Óscar, a pesar de que todo entre nosotros está siendo lento, siento que te quiero cada día más.
Y... aunque quiero seguir escribiendo, siento que no puedo seguir... mañana es el entierro de tu abuela y no puedo ir, puesto que se ha reducido el aforo de todos los lugares por la pandemia. Pero, cariño, no quiero que te olvides de que voy a estar contigo, de que te voy a apoyar pase lo que pase. Eres la persona más importante de mi vida.
Pd: Lo siento de corazón, Óscar, lo siento de verdad.
Pd2: Tampoco te olvides de que voy a estar siempre a tu lado para ayudarte con lo que necesites.
Pd3: Te quiero, mi amor.
Fdo: Una idiota.
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Hola a todos. Sabemos que estos tiempos han sido complicados, mi vida ha sido un caos desde hace unos meses y me ha sido imposible continuar con esta historia. Quiero que sepáis que lo intentaré, porque ella me da la vida al igual que yo se la doy a ella. Espero que os haya gustado este capítulo y gracias por vuestro inestimable apoyo de siempre. Un beso.
La Dama Negra.
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¡Hey tú! ¡Chico popular!
Historia Corta- ¡¿Puedes parar de ignorarme y decirme de una vez lo que me tengas que decir?! ¡No entiendo las "indirectas" esas que me sueltas! - gritó él haciendo comillas con los dedos. - ¿Cómo puedes ser tan inteligente para unas cosas y tan estúpido para ot...