33. El gran festín

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La alarma de Charlie sonó. Se despertó y se fue hacia la bañera. Para así poder ducharse. Se vistió y salió a la calle. Las hadas y las sirenas empezaron a cantar. Las calles se llenaban en un ambiente de música mágica. Él se dirige hacia el centro de la ciudad. Llegó justo a tiempo, las manecillas del reloj dieron las diez en punto y el alcalde dijo:

-El alcalde de Brathior: ¡Abrid las murallas! ¡Dejen paso a los vampiros!

-El alcalde del mundo de los vampiros: ¡Que bonito está Brathior!

Más de mil vampiros se adentran en Brathior.

-Charlie: ¡Cuántos vampiros!

El alcalde de Brathior y el alcalde de los vampiros se sentaron juntos.

-El alcalde de Brathior: Hacía bastante tiempo que no nos uníamos. Por fin hemos conseguido unirnos.

-El alcalde de los vampiros: Todo sea por Brathior y sobre todo por el jovencito.

Mientras tanto, Charlie, Meryer, Buidet y Thrachar se sentaron juntos.
Al instante, Buidet se cambió de sitio para saludar a un viejo amigo suyo vampiro.

-Buidet: Chrotherion, que tiempo sin verte. ¿Cómo te va?

-Chrotherion: hola, me alegro de volverte a ver. En la ciudad de los vampiros las cosas van regular. Después cuando termine la cena te contaré.

-Buidet: Vale.

Buidet se puso ansioso por saber lo que ocurría en la ciudad de los vampiros. Él sabía que nada bueno podía ocurrir.

Charlie Cuttons (versión Niños) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora