Revelación

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La obscuridad desaparece, un entorno borroso es lo que perciben sus ojos, no sabe donde esta pero puede sentir un tacto frio y metalico donde se apoya su cuerpo, tiene una presión en sus brazos que lo mantiene estaticos contra su pecho, esta atado

Sus oídos de apoco escucha pero no distigue bien unos sonidos raros, esta mareado y confundido, apenas esta conciente de su alrededor pero siente que no puede hacer nada...La confusión se convierte en miedo

Todo ahora esta claro, los sonidos eran las voces de sus amigos, lo que veía era el cielo nocturno al parecer estaba detras de una camioneta vieja, lo habían secuestrado

-¡OIGAN! ¡SAQUENME DE AQUI!- Grita enojado el de rayas

-¡Rayos, desperto!- Oye exclamar a Mario Hugo

-¡Pegale con la pala!- Ordena Policarpo

Tulio se asustó, no quería volver a sentir el dolor punsante de esa cosa

-¿¡Pala!? ¡No, no, no, no! ¡Yo estoy domirdo, escuchen!- Fingió ronquidos para no ser descubierto

-Ah no, falsa alarma- Dice Mario

-No seas idiota- Le reprocha Huachimingo

Alguien se acerca a Tulio, es Juanín, con cara de preocupación se acerca a la altura de la cabeza del atado

-Juanín, desatame en este instante- Ordena el chimpancé

-mmm No- Dice en duda el pequeño

-Juanín..¡Sacame- - Es interrumpido

-¡No! ¡Tulio escuchame por favor!- Pide Juanín casi llorando

-¡NO! ¡ESCUCHAME A MI JUANÍN! ¿¡Que demonios es esto!? ¡Creí que eramos amigos!- Dice Tulio traicionado

-¡Lo somos! Pero si tan solo me escucharas podrías- - Fue interrumpido

-¡No! ¡La la la la no te escucho soy un palo tengo orejas de pescado!~- Canta Tulio fuertemente

-ahhh ¡Ahhh!...- Balbucea Juanín frustrado

Patana vió la reacción del chiquitín, se acercó a este y le puso suavemente la mano en un hombro

-Calma, Juanín, ya estamos llegando- Consuela la niña alta

-¿¡A donde!?- Pregunta furioso el mono

-¡Ya llegamos!- Dice Mico el minocono desde el asiento del conductor

El carro se detiene lentamente, todos bajan del vehículo y van a la parte de atrás (menos Patana y Juanín quienes ya estaban ahí) sacaron a Tulio del carro, de ahí el mono se dio cuenta que lo habian atado a un remolcador viejo (como a Hanibal Lecter)

El mono repentinamente sintió un bruto escalofrio recorrio toda su columna

-¡AHHHHH! ¡AUXILIÓ! ¡AYUDA! ¡NO POR FAVOR! ¡JUAN CARLOS SALVAME!- Gritaba Triviño con desesperacíon

Intentaba forcejear las sogas pero no tuvo ningún éxito por lo que solo se limitó a gritar y llorar, con la esperanza vacia de que alguien decente lo escuchara

Todo era borroso y confuso, no sabía a donde demonios iba con Policarpo que los guia con literna en mano mientras que el pobre gritaba por piedad para no llegar a su perdición, tenía miedo, quienes alguna vez habia llamado amigos estaban llevandolo atado a un lugar que sus ojos no podian destinguir, era extraño y confunso claramente estaba aterrado porque sentía en el fondo ya sabía que era ese lugar

El simple hecho de especularlo le humedecia los ojos

-Señor Tulio, no es por ofender pero hasta yo estoy escuchando sus gritos, eso no es bueno para su garganta- Pide amablemente Don Balón que se calle

mσnσlσcσ||31 Minutos (Tudoque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora