- ¿Ir contigo....al ensayo? - Pregunté, queriendo confirmar que había oído bien.
- Sí claro, ¿por qué no? - Me dedicó una bonita sonrisa.
Toda la tranquilidad que tenía antes se esfumó y comencé a prepararme con toda la prisa que podía.
Me moría de ganas por ver cómo ensayaba uno de los grupos más populares del momento, sobre todo de ver cómo se vería Ryan mientras tocaba la guitarra, viendo como las gotas de sudor surcaban su cuello hasta perderse por el interior de la camisa...
- No se si te dije que llegamos tarde - Salí de mi ensoñación, sonrojado por lo que había estado pensando, suerte que no me podía leer la mente.
Salimos del apartamente a toda prisa y nos metimos en el ascensor, ¿nuestro destino? El sótano. Según Ryan allí los sonidos estaban mas concentrados y no se qué cosa más, tampoco le presté mucha atención, la música no había sido nunca mi fuerte.
En cuanto las puertas del ascensor se abrieron, tres pares de ojos me atravesaron, tragué saliva. Todos iban a lo suyo, con su intrumento en particular, calentanto los dedos o perfeccionando algunas partes que no les terminaban de salir.
Por unos segundos se produjo un silencio incómodo, nadie decía nada y estaba empezando a desear poder hacer como los avestruces, enterrar mi cabeza en el suelo y pedirle al cielo que nunca me hubiera metido en aquel ascensor. Pero nada, era una persona y ahí estaba yo que no sabía donde meterme.
- ¡Oli! ¿Qué haces aquí? - Cómo no, Tiago rompió ese extraño silencio y se acercó a mí con los brazos abiertos.
Nos fundimos en un abrazo cariñoso, me encantaba, sobre todo esa arruguita que le salió a Ryan en la frente al vernos, un gesto absurdo pero que a mí me dio un poco de satisfacción, soy malo y con gusto.
- Oliver quiso acompañarnos en el ensayo, no me dejéis mal - Él soltó una pequeña risita y dejó sus cosas para sacar su guitarra de la funda.
- Llegas tarde - Le reprochó el malumorado, como yo le decía.
- Me quedé dormido, perdón - Pese a que se estaba disculpando nunca perdía ese tono vacilón propio de su persona, incluso a mí a veces me exasperaba. Aun así, Evan asintió aún un poco molesto aceptando sus disculpas.
Tiago se apresuró a ir al escenario que tenían allí y yo me senté en las filas de delante, esperando a ver cómo tocaban en directo, sería la primera vez. El aura de la sala cambió de un momento a otro, todos estaban concentrados, despejando su mente para que la melodía fluyera sin problemas.
- Agárrate bien a la silla no te vayas a caer de la impresión - Bromeó el pelirrojo, yo asentí entre risas.
- Ejem - Carraspeó Ryan - Un, dos, tres y - Dijo como apertura antes de que la magia empezara.
La primera nota de la guitarra me recordó a ese sentimiento cuando estás en la playa y ves frente a ti una ola enorme, ese impacto del agua contra tu cuerpo, de opresión en el pecho. Después se le unió el resto y empezaron a tocar una canción que no había escuchado antes.
La voz de Ryan sonaba mucho más clara de lo que me había imaginado en un primer momento, y cuando Tiago y Charlie comenzaron a hacer los coros sentí mi corazón latir desbocado, como aquella primera vez que vi uno de sus videoclips.
Mis ojos se movían inquietos entre todos los chicos; el flequillo desenfrenado de Evan, el pie de Tiago apretando el pedal de la bateria, la concentración en la cara de Charlie y los ágiles dedos de Ryan mientras apretaba las cuerdas de su guitarra con pasión. Todos ellos juntos formaban una auténtica obra de arte.
Me perdí por un momento en la letra. Hablaba de ese libertad temporánea que tenemos cuando somos jóvenes, ese deseo por comernos el mundo y experimentar cosas nuevas. De un momento a otro la música cesó anunciando el final de la canción, canción que parecía haber durado unos pocos segundos.
- Wow - Solté, aún con el corazón acelerado por la adrenalina y con frenéticos aplausos - ¡Eso fue increíble! - Exclamé.
Todos respiraban con fuerza y se limpiaban el sudor de la frente, supongo que para ellos fue también igual de intenso.
- ¿Viste algo que podamos mejorar Oli? - Preguntó Tiago con una sonrisa cansada.
Intenté recordar toda la canción, la música, la letra, los gestos... ¿algo que no me terminara de gustar?
- Bueno, yo no sé mucho de música - Advertí - Pero creo que Evan tocaba el piano más rudo de la cuenta - Me atreví a decir, en verdad lo pensaba.
Había varias partes en las que la canción se tornaba un poco más suave y aún así el piano seguía igual de intenso, como si quisiera ser el protagonista.
- ¿Qué dices niñato? Si no sabes de música no hables - Respondió claramente enfadado.
- Oye Evan no te pongas así, solo dio su opinión - Me defendió Tiago - Además, pienso igual que él, tienes que ir al compás de los demás, no solo estás tú en el escenario.
Que el pelirrojo se pusiera de mi parte lo molestó, pero más aún que estuviera de acuerdo conmigo. Pude notar desde donde estaba sentado como se le hinchaba una vena en el cuello y se le enrojecía la cara de furia, tragué con dificultad.
- Tú cállate, ¿por qué está aquí éste en primer lugar? No somos una guardería - Una llama dentro de mi comenzó a encenderse.
- Yo lo invité, ¿algún problema? - Se unió Ryan, poniéndose al lado de Tiago.
- No me gustan los llorones ¿cómo me dijiste Ryan? ¿Que estuvo llorando hasta que se quedó dormidito? No me hagas reír, niño orgulloso - Sus palabras me atravesaron como si fueran agujas.
Miré a Ryan, no me lo podía creer, que le hubiera contado lo que pasó ayer con todo lujo de detalles. Lo de ayer, que fue tan íntimo e importante para mí, al fin íbamos a empezar de cero, a olvidar lo que pasó. Él sólo se me quedó mirando, lamentándose de lo que había hecho.
Suficiente.
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Ryan 2 (+18 - Gay)
RomanceHa pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, cada noche me acuesto pensando en cómo será nuestro reencuentro; lo que no me esperaba fue en todo lo que había logrado mientras yo no estaba.