26: Party

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Aquella misteriosa puerta llevaba a unas escaleras que subían y a otras que bajaban. Las qué subían tenían una flecha que decía "baños", así que la correcta era la que iba hacia el sótano.

Mientras más descendían más fuerte se escuchaba la música, los bajos de la techno retumbaban en sus pechos. Al final de la escalera ya se podía ver la pista de baile, la cual estaba llena pero no tanto.

—Wow... —soltó Jimin al estar por fin allí.

Habían luces de todos los tipos, pero más que nada rojas y moradas. Las paredes, de las que colgaban carteles neón, estaban hechas con ladrillo a la vista y el suelo de hormigón pulido. Sobre uno de los costados, a la izquierda, se encontraba una gran barra con varias banquetas para que las personas se sentaran a tomar y en el rincón derecho, al fondo, habían unos cuantos sofás rojos haciendo de esquinero. El resto era todo pista de baile.

El ambiente era agradable, la energía buena y divertida. La música te motivaba a moverte.

—Justo como lo recordaba —dijo TaeHyung con una sonrisa en el rostro.

Empezó entonces a moverse al ritmo de la música. Se veía en su actitud que disfrutaba del momento. Había cerrado sus ojos y sentía el ritmo, como si no hubiese nadie más en la pista.

Se detuvo un momento a ver a los otros dos. Notó que también estaban entrando en ambiente.

—No estoy seguro de cómo bailar techno —cofesó Jimin, hablando un poco fuerte para que se le escuchara.

—Solo salta y mueve la cabeza de un lado para otro y parecerá que estás bailando —sugirió el rubio.

—Creo que somos los únicos sobrios aquí, no debes preocuparte de que te miren —bromeó Jungkook.

—Sí, hay que arreglar eso... ya vengo —Eso fue lo último que dijo TaeHyung antes de desaparecer entre la gente que estaba en la pista.

Segundos más tarde, volvió con tres vasos llenos de vodka con naranja. Los vasos eran transparentes y largos y tenían una tapa, la cual era atravesada por un sorbete.

Jimin ya había tomado antes, pero siempre estaba esa culpa de que aún no era mayor de edad. Ahora tenía más libertades.

Mientras probaba de su deliciosa (y bastante cargada) bebida alcohólica, comenzaba a sentirse más adaptado al contexto. Empezaba a sentir que vibraba en la misma frecuencia que el resto.

Mientras bailaba en grupo con TaeHyung y Jungkook, miraba a los ojos de las personas de alrededor. Buscaba ese distintivo tono grisáceo en el iris y, contrario a lo que imaginaba, solo alrededor de la séptima parte de gente que estaba allí lo poseía.

En determinado momento, perdió al rubio de vista. De seguro había ido a la barra con alguien.

—¿Te estás divirtiendo? —le preguntó Jungkook, hablándole cerca del oído.

—Sí, la música es muy buena —respondió el castaño, parándose de puntas de pie y apoyando su mano en el hombro del contrario para poder hablarle al oído. Luego tomó el último sorbo que le quedaba a su vaso de vodka con jugo de naranja.

Jimin ni siquiera empezaba a sentirse borracho, solo sentía menos vergüenza al bailar.

—Eres bueno bebiendo —observó el pelinegro, comenzando a bailar más pegado a él—, me sorprendes.

Tanofobia ☀ [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora