Sonic: Eutopia

Silencio.

Desde hace ya dos días no hace ruido alguno. Me pregunto si de verdad siguió mi consejo o solo está sumamente molesta conmigo.

El azulado erizo toma lápiz y papel, camina hacia un escritorio con una ventana alarmantemente grande. Lo altera estar en el espacio infinito. Se sienta de todos modos, sopla para quitar el polvo de la mesa, y comienza a escribir.

Querido Tails,

Hoy se cumple un mes de que partimos de Green Hill. La nave es increíble, y todavía no exploro cada rincón, parece ser infinita.
Me pregunto hacia donde nos dirigimos, quisiera que estuvieras aquí. De hecho quisiera saber muchas cosas.
Gracias por incluir un simulador para que pueda correr libremente, mi cosa favorita en el mundo. No sé en qué momento creciste tanto, ni en qué momento tu intelecto sobre pasó los límites de mi entendimiento. Eres mi héroe Miles.

Todo saldrá bien, Amy y yo llegaremos al fondo de esto, si es que no nos matamos entre nosotros primero.

Con cariño,
Sonic.

Sonic observa la hoja con su carta escrita, sus ojos esmeralda la leen una y otra vez y se sorprende posando su mirada en las estrellas. Le aterra el frío y distópico infinito.

Piensa un momento en su amigo de dos colas, se agobia por los malos presentimientos y arruga su carta, tirándola por detrás de él.

Un estruendoso ruido le eriza la piel en un segundo y rueda los ojos con molestia. Amy. pensó.

*

Tengo que averiguar acerca del plan EU35, escuché a Tails hablar sobre él mientras susurraba dibujando planos en el taller, yo lo sé. No puedo dejar que me subestimen. No está vez, y mucho menos él.
No, no, no. No tengo que demostrarle nada, hazlo por tus amigos, hazlo por ti misma.
...Pero quizá también un poco para que se sorprenda. Solo un poquito.

La eriza color rosa se encuentra subiendo las escaleras al otro extremo de la nave, ahogada en sus pensamientos, buscando sin parar. Su plan es subir a lo más alto de la nave, ya que parece no tener fin, una vez tocando techo, tendrá una mejor idea y un mejor mapa mental del lugar.

No puedo creer que llevo un mes a solas con Sonic, y no hemos hecho más que pelear, nunca me imaginé que tuviera un temperamento tan pesado. La que debería estar molesta —que lo estoy— soy yo. Cuando llegamos a la nave y descubrimos dos portales, —una simulación de Ángel Island y una simulación de Green Hill—, Sonic enloqueció y pensó que era un error que yo estuviera aquí.

"Fallé. Debió ser Knuckles, el plan de Tails era que Knuckles y yo quedáramos al final" dijo, enfurecido. Despreciándome. Despreciando mi compañía, pues claro que voy a estar irritante.

Si estoy aquí, es por una razón.

La eriza terminó de subir lo que parecían escaleras infinitas, miró hacia abajo y sus púas se erizaron. Sacudió su cabeza y regresó a la concentración.

Cuando le mencioné a Sonic que sabía más de el plan de Tails no pudo creerme. Creo que piensa que soy estúpida, cree que como él no logra entender el intelecto de Tails sucede lo mismo conmigo, no es así. Pasé más tiempo en el taller con Tails que él.
Se lo que hago...

Decía para sus adentros, cuando un destello cegó su vista y se percató de una puerta, era redonda, estaba junto a unas cajas de metal, eran demasiadas.

Amy miro los obstáculos e invoco su martillo con determinación.

Seguido de esto, logró despejar el paso, pero también caerse hacia las largas escaleras junto con las cajas de metal, en la caída, rápidamente se percata de que las cajas podrían aplastarla, con su martillo las apartó del camino, y con éxito tocó el suelo con su cara, pero sana y salva.

Subí... Subí demasiadas escaleras, eran incontables, y ahora... ¿Parece que solo era un piso?

Amy observa las escaleras con confusión, es como si el espacio que había entre el techo y el suelo se hubiera reducido.

Se incorpora con intención de escalar de nuevo, hasta que siente una presencia.

El erizo azul ya estaba mirándola desde la entrada de aquella habitación. Su postura es erguida y su mirada seria.

Amy lo mira y su expresión es de torpeza, de pena, sus mejillas enrojecen.

Sonic se percata de esto y relaja su expresión, baja la mirada y sonríe.

—Solo no te mates, ¿de acuerdo? Odiaría quedarme solo en el espacio infinito.