El reencuentro

18.5K 460 45
  • Dedicado a Soraya Escobedo Campos
                                    

Para Sory.

Espero que te guste tú Edward personalizado. Gracias por esos ratios que me das.

¡FELIZ NAVIDAD!

Pestañeé varias veces sin poder creer lo que mis ojos veían. Era él. Él estaba delante de mi, tan guapo como hacía años atrás. Su rostro seguía siendo el mismo que llevaba amando desde la última vez que lo vi. Nada en él había cambiado. Incluso su pelo seguía exactamente igual a como lo recordaba.

Me llevé la mano al corazón, notando como latía enloquecido contra mis costillas. Las lágrimas ya caían una detrás de la otra por mis mejillas. Quería pellizcarme, comprobar que no era un sueño, pero temía que lo fuera y no volver a verlo nunca más.

—Edward…—Exhalé en un sollozo.

Cerró los ojos unos instantes y el dolor se instaló en sus atractivas facciones. Quería alargar el brazo, tocarlo, sentirlo una vez más, pero mis articulaciones ignoraban las órdenes que mandaba mi cerebro.

—Has vuelto—Susurré y mil lágrimas más brotaron de mis ojos.

La gente a nuestro alrededor seguía su curso, pasando de largo e ignorando que mi corazón había vuelto a la vida después de cinco años. Allí, en mitad de la calle, bajo la oscuridad del cielo nocturno, me había encontrando al único hombre que realmente amé. Edward Cullen.

—Siempre he estado aquí, Soraya— Dijo tan bajo que casi no logré oírlo. —Que no me hayas visto no quiere decir que me marchase.

—¿Siempre has estado aquí? —Inquirí tratando de normalizar la voz, pues temblaba tanto como el resto de mi cuerpo.

Él sonrió con tristeza y meneó la cabeza en respuesta afirmativa.

—¿Cómo? ¿Es qué me seguías? —Pregunté pasmada.

Dio un paso adelante, acortando la poca distancia que nos separaba.

—No podía…—Dudó unos segundos y añadió: —alejarme de ti.

Atónita lo miré con rabia y confusión. ¿Había estado todo ese tiempo a mi lado viendo como lloraba cada noche?

—Te marchaste—Le recriminé—Me abandonaste.

—Nunca me fui. —Bajó la vista al suelo, arrepentido—Pero necesitaba alejarte del peligro—los suplicantes ojos dorados se clavaron nuevamente en los míos— Necesitaba saber que estarías bien. Mi mundo era peligroso y sigue siéndolo, aunque en menor medida.

—¿Por qué? ¿Por qué haces esto? — El alarido de dolor nació en mi pecho y salió por mi boca, demostrando cuan destrozada estaba.

Cinco años atrás Edward se había marchado o eso es lo que yo creía. En su mundo, un mundo de seres sobrenaturales como lo era él, reinaba el peligro. Edward Cullen era un vampiro, una criatura de las que nadie creía reales, y las cuales existían entre nosotros, los humanos. Desde la primera vez que lo vi supe que no era igual al resto, desprendía algo extraño, algo que nunca logré entender hasta que me confesó la verdad. No me costó caer enamorada de él, olvidando lo que era y centrándome en quien era. Mi vida entera cambió y no dudé un segundo en entregarle mi corazón, el cual fue bien recibido. Pero los problemas no tardaron en llegar; los vampiros solo tenían una norma: Los humanos no debían saber de su existencia.

Supliqué, rogué, que me convirtiera en uno de lo suyos, que me permitiera vivir una eternidad a su lado, pero él se negó, dispuesto a salvar mi alma. Y luego Victoria, una vampira completamente desquiciada por vengar la muerte de su pareja, la cual Edward había matado... y que menos que hacer ojo por ojo. Desesperado, Edward me apartó de su mundo, jurando que lo haría para siempre, y hasta ese día así había sido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 27, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Para siempre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora