II.

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Tu silencio es mi tristeza, tu sonrisa de niña sincera mi alegría, tu voz sutil mi serenidad.
Todo es muy bello en ti.

Sueño cada noche con lo que tal vez nunca pasará, será una pesadilla o será una realidad.
Te quiero y no puedo negarlo, quisiera decirlo y gritarlo pero me quedo callado.

Tus ojos son mi perdición, el latido de tu corazón mi bendición y tu cuerpo mi maldición.

Y así noche tras noche voy delirando y divagando en diversos pensamientos, cierro los ojos, respiro, y de nuevo sueño contigo.

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