Rubegetta [Una Familia🐻🐺] 2°temporada

👶¿cómo se comienza una temporada?👶

--- ¡Mangel!, ¡Mi niña!, ¿Dónde estás? --- buscaba por todos lados, seguido por el oso.

--- no, ese ya se perdió --- Vegetta inmediatamente hizo una seña para que la rubia se callase, a veces podía ser muy directa. Y eso no era bueno, en ese momento.

--- ¡No le hagas caso Lolito! --- gritó el oso.

--- no, yo si apoyó la hipótesis de Akira --- dijo ahora el búho, apareciendo por los arbustos.

--- ¿Puedo ir al baño?

--- Auron, ya vas llendo dos veces --- Alex ya se estaba cansando de llevar una y otra vez al menor al baño público --- ¿por qué no se quedaron en casa?.

--- si Luzu pudo venir, yo también --- dijo el albino corriendo por todos lados, y casi haciendo tropezar al oso --- fíjate, anciano.

--- hola --- saludó luzu, ya que había oído su nombre, proveniente de la boca del albino.

--- ¡Que tierno! --- hablo la pelirroja, inclinadose para estar a la altura del bebé.

--- cállense todos, ¡por favor! - hablo por fin el pelinegro --- cállense, me están estresando.

--- ¡Chico'!

Está bien, creo que no están entendiendo mucho la situación, déjenme volver un poco más atrás, dónde todo empezó.

Y eso es, en esta misma mañana.

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¿Cómo se comenzaba el día?, ¿Con una taza de café?, ¿Estar en tu cama hechado con tu celular?, ¿Estar abrazado con tu pareja?, Habían tantas maneras de despertar. Pero la mala suerte le persigue a Rubén Doblas.

Mírenlo ahora, está con una bolsa de plástico, recogiendo basura... ¡Espera qué!, ¡Rubius está limpiando!. Está bien amigos, el fin del mundo se acerca.

--- malditos puercos --- se quejó en voz baja, pues claro, ¿a quien le iba a gritar?, al policía con falda que estaba colgando del árbol más grande del patio, mejor dicho a Fargan.

O que tal... A la chica rubia que yacía durmiendo debajo de la gran mesa donde había bocadillos medio comidos, alías, Akira. O mejor, a Lolito que andaba dentro de los arbustos, se ve que no podrá salir de ahí, sin cortarse algunas puntas de cabello.

--- ustedes durmiendo, y yo aquí, limpiando, malditos --- miraba para todos lados, buscando los cuerpos dormidos de Nieves y Mangel, pero el problema era, que no los encontraba por ningún lado --- mierda.

--- ¿Cansado? --- una voz serena, que lo asustó un poco, vio para la dirección de dónde venía la voz, y se encontró con el chico más hermoso del mundo, Vegetta yacía en el balcón del segundo piso, observando a su pareja limpiar todo el desastre de la fiesta de ayer.

--- no, estoy demaciado bien a decir verdad --- dijo recogiendo con cuidado una cáscara de plátano del piso, y al volver la vista a el pelinegro, lo encontró riéndose de él, ya que había hecho una mueca al recoger esa cáscara --- porque no mejor, vienes para ayudarme con este desastre.

--- tontito, no puedo ayudarte, ¿recuerdas? --- tenía una ceja levantada, pero también una tierna sonrisa.

--- vamos Vegetta, ni se te nota la panza, no seas perezoso --- pero muy pronto se arrepintió de lo que había dicho, ya que la cara del pelinegro lo decía todo, estaba molestó --- y-yo, yo.

--- tengo tres meses Rubén, y si no lo notastes, traigo puesto una de tus capuchas, ¡oso tonto! --- se fue, desapareciendo del campo de vista de Rubius. Quien se maldijo internamente.