Pick up lines (NormanxOc) The Promised Neverland

Final

Norman estaba extraño ese día.

Como todas las mañanas Victoria le saludó y le dedicó un piropo pero la reacción del albino fue diferente. Esa mañana Norman se sonrojó hasta las orejas, lo cual venía pasando desde semanas atrás, pero además se puso tenso. No parecía incómodo pero su sonrisa no era natural. Más bien parecía forzada. Un poco sorprendida la castaña se fue a su lugar.

Ella no había detectado ningún cambio en el estado de ánimo de él. No sé veía triste o desanimado. Sin embargo por su reacción pensó que tal vez había sido imprudente.
Algo apenada decidió darle su espacio para no molestarlo más.

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Norman se reprendida internamente. Quería golpearse y enterrar su rostro en el suelo. En verdad se sentía patético.

El final del año escolar estaba por llegar. Eso significaba graduarse y no ver nunca más a sus compañeros todos los días.
Con la ayuda de sus amigos, de Victoria y de un par de citas con el psicólogo Norman pudo salir adelante. Y ahora, luego de un par de meses, veía de forma diferente a su compañera de ojos color miel. Si, le gustaba.

La chica era hermosa, muy amable, fuerte, valiente, sincera y muy atenta con él. Y él irremediablemente al fin había caído ante sus encantos.

Y cuando se dio cuenta de esto no pudo evitar cambiar su comportamiento con ella. Cada vez que ella le hacía un cumplido o coqueteaba con él no podía evitar enrojecer hasta las orejas. Algunas veces incluso tartamudeaba al estar con ella.

Y hoy, luego de tanto pensarlo, se armaria de valor para pedirle una cita. Sin embargo no era tan sencillo como creía.

Frustrado siguió haciendo apuntes de lo que explicaba el profesor de Química Inorgánica.

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Victoria caminaba sola de regreso al aula.
El descanso estaba por terminar y Violeta quiso pasar al baño antes de eso.
Por eso la castaña caminaba con tranquilidad hacia su salón.

Norman también caminaba hacia el aula y cuando vio a Victoria caminar hacia él suspiró tomando fuerzas.

–Victoria. –llamó a lo lejos. La castaña desvió su atención de las ventanas y lo observó. Verlo a lo lejos la hizo sonreír. En verdad era muy guapo.
Una vez que estuvieron frente a frente ella habló.
–¿Qué sucede?– cuestionó amable.
–Tengo una duda. ¿Me puedes ayudar? –Victoria se sintió confundida. ¿Había algo que ella supiera y Norman Ratri no? Eso sonaba improbable. Sin embargo asintió–. Gracias. Quería saber cómo usar ese nuevo filtro que está de moda. –inventó de la nada el albino. Victoria sonrió divertida. Eso tenía sentido. Norman no era un chico que utilizara las redes sociales. Le sorprendía que supiera de esa moda y le impresionó más el hecho de que él quisiera hacer lo mismo. Pero no dijo nada referente a eso y con calma le explico cómo utilizarlo.
Norman ya sabía como usar esa aplicación sin embargo fingió poner atención en las instituciones de Victoria. Pero mientras ella explicaba él solo la contemplaba. La luz de la tarde y los cristales de las ventanas hacían su magia al crear un efecto de iridiscencia que se reflejaba en el cabello lacio de Victoria. En verdad era fascinante verla así.
–Y así es como lo haces. –dijo ella mientras posaba junto a él y tomaba una foto.
–Increíble. –susurró él mientras observaba la foto tomada. Victoria se veía realmente bonita–. Oh, tengo otra duda. –dijo antes de que la castaña se fuera.
–Dime.
–¿Cómo hago para salir contigo? –cuestionó rojo. Por un instante los dos se quedaron en silencio. A cada segundo la vergüenza de Norman aumentaba y Victoria seguía en shock por las palabras del albino.
Pero cuando al fin reaccionó comenzó a reír.
–Solo tienes que pedirlo. –respondió ella con una sonrisa divertida.
–Lo siento, no soy bueno en esto. – habló nervioso el chico.
–Tranquilo. Entendí el coqueteo. –le consoló al entender que Norman había malinterpretado su respuesta.
–Oh –soltó aliviado el chico. Lo suyo no era coquetear–. Entonces... ¿te gustaría salir conmigo? –cuestiono con una sonrisa nerviosa.
–Claro. –respondió con una sonrisa tranquila la castaña. Por dentro gritaba de emoción.