Cherry

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Hola a quienes lean esto.

Soy Mayu (también pueden decirme Lu) y les doy la bienvenida a esta nueva historia mía.


Tal vez la mayoría de la gente que me sigue ya sabe que estoy organizando un concurso de oneshots de Shaka y Mu con el tema de la amistad (si les interesa, pueden buscar en mi perfil el libro "Sobre Aries y Virgo: CONCURSO" donde está toda la información).

Por obvias razones yo no puedo participar, pero tenía ganas de escribir algo como si fuera a hacerlo. Así que hace unos días escribí esto.

Los disparadores fueron hechos reales y la canción "Cherry Saku Yuuki!!" de la banda japonesa An Cafe (mi favorita aunque se hayan separado TwT).

Quise hacer algo sencillo porque los oneshots no se me dan XD Es más: "Una cicatriz dulce" iba a ser un oneshot y ya tengo casi 10 capítulos escritos.


Es un universo alternativo, así que los santos de Athena no existen como tal, aunque mantuve la idea para otra cosa dentro del mundo que se cuenta.

Aparecen algunos personajes de The lost canvas, pero no hacen demasiado.

Como siempre escribí en español rioplatense.

Espero que no se me hayan pasado muchos errores.


Pueden leer.


Disclaimer: Saint Seiya y Saint Seiya: the lost canvas con todos sus personajes son propiedad de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi, respectivamente. Todo lo escrito aquí es de mi autoría con el propósito de entretener sin recibir ninguna remuneración económica.


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Cherry


De pronto sintió que algo le estiraba el cordón de su zapatilla. Al ver abajo se encontró con un gato delgado, de pelaje en tonos anaranjados y blancos. Mu sonrió de la ternura que le provocaron los ojos azules y la nariz rosa del animal, además de la manera en que agarraba con las patas y mordía el cordón.

Intentó acariciarlo, pero el gato levantó el lomo.

—No tengas miedo —le dijo—. No te voy a lastimar.

Como si solo con eso le hubiera generado confianza volvió a intentarlo y el gato le permitió frotarle la cabeza. La sonrisa de Mu se ensanchó aún más cuando su nuevo amigo pasó entre sus piernas para luego subirse a su regazo; el ronroneo era bastante fuerte.

Al tenerlo más cerca pudo verle mejor los bigotes largos y blancos, el punto marrón en la frente y una cinta roja atada en el cuello que el pelo tapaba. Lo que más le llamó la atención a Mu fue el pedazo de papel que se había metido entre el collar improvisado y el pelaje. Lo sacó; tenía la palabra «Cherry» escrita.

—¿Es tu nombre? —le preguntó; cosa a la que el gato respondió con un maullido— Yo me llamo Mu. ¿Dónde está tu casa?

Cherry movió las patas delanteras para acomodarse. Miró a Mu con sus ojos enormes y él le acarició el lomo.

Las cortinas se abrieron ante el paso de Aphrodite que iba diciendo:

—Mu, ya vinieron a buscarte.

Él se puso de pie sin soltar al gato y comenzó a juntar sus útiles. Aphrodite inclinó la cabeza sin decir nada. Mu intentaba levantar los lápices, pero no podía sostenerlos todos con su mano tan pequeña.

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