Mi Cuerpo al Diablo... BTS (Jungkook)

Capítulo 2

Todavía recuerdo lo difícil que fueron las primeras noches. Los nervios y la incomodidad.
Pero mediante el paso del tiempo, empece a aceptar mi profesión y hasta...disfrutarla.

Incluso me abrió la mente a la diversidad, no solo de posiciones sexuales, sino de mentalidades en la cama.
Cada chico tenía su personalidad escondida, que solo en las noches me la mostraba a mi.
Y así fue como noche a noche, me fui acercando más a ellos, hasta hallar afecto hacia los chicos...profesionalmente hablando, claro.
Esto es solo sexo y trabajo.
La palabra A M O R, también sería otra forma de romper el contrato y asegurarme una expulsion inmediata del país.

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~viernes~

El sol comenzaba a ocultarse.
Ya ni necesitaba revisar el calendario. Ya sabía perfectamente que día le correspondía a cada quien.
Los viernes eran de Park Jimin.

Miré el reloj. Eran las 9:30 pm y todavía no había vuelto de su ensayo de baile.
-se le hizo tarde- pensé mientras buscaba la lencería que le gustaba.
Otra cosa que aprendí en estos años fueron sus preferencias.
A Jimin le gusta las pantis y los bralettes de encaje rojos, nada más. Ninguna otra prenda que obstruya su visión, a él le encantaba mirar, contemplarme.

Así que salí así, en ropa interior de mi cuarto para dirigirme al de Jimin y esperarlo ahí, pensando que no había nadie en la casa pero me equivoque.

-Mar...- me doy la vuelta para ver a V acostado en el sillón -acaso intentas seducir a alguien?- preguntó con su mirada fija en mis piernas desnudas. Esa era la debilidad de Tae.
-Sabes que siempre busco seducirte a ti...- dije coquetamente mientras me acercaba a él. Posé mi mano en su muslo interno y mientras lo acariciaba, clavando mis uñas, le susurré al oído -...los miercoles.- sentencie alejándome de él y dejándolo con la respiración agitada.
-eres el mal, lo sabes- susurró aferrando sus manos al almohadón del sillón -no puedes hacer eso e irte así-
No traté de ocultar mi risa -cómo si no me conocieras ya. Además...-agregué en un susurro -sabes que solo puedo estar con ustedes los días que les corresponden. Ni más, ni menos.-
-lo sé, lo sé...- susurró entre dientes colocándose el cojín sobre la entrepierna.
En eso escuchamos la puerta abrirse y los chicos empezaron a entrar.
Antes me daba pudor estar en ropa interior enfrente de todos ellos pero eso quedo en el pasado. Ahora me sentia muy cómoda y sin mencionar que ellos eran muy respetuosos.
-buenas noches- salude a todos.
-hola Mar!- me saludaron a coro pero solo Jimin se acerco a darme un beso en la mejilla.
-ya comiste?- le pregunte en voz baja. Este asintió.
-y tu?- preguntó mientras recorría mi espalda discretamente con su mano.
-también-
-genial, espérame en mi pieza. Tengo que terminar unas cosas, en cinco minutos voy- dicho eso se fue a donde estaban Rapmon y J-hope.
Antes de entrar en su habitación, le di una sonrisita de despedida a Tae y a Jungkook, que ahora se encontraba junto a él en el sillón.
Abrí la puerta silenciosamente y me acosté en la cama boca abajo.
Así como a él le gustaba que lo esperará.

Cerré mis ojos unos segundos, al menos eso pareció para mi. Me despertó una mano firme recorriendo mi cuerpo, desde mis piernas hasta llegar a mi espalda.
Al voltear vi a Jimin con el cabello mojado y tan solo con una toalla envolviendo su cintura.
No sabía en que momento se había bañado pero debía admitir que lucia malditamente sexy bajo la tenue luz del velador alumbrando su figura.
-lo siento- murmuré -no era mi intención dormirme-
-si no te conociera bien Mar, pensaría que te estabas haciendo la dormida- descansó su mano en mi trasero mientras jugaba con el elástico de mi ropa interior. -te queda hermoso ese color, resalta muy bien con tu tono de piel- me halago antes de darme vuelta en la cama y ponerse encima de mi.
Jimin tenía la capacidad de moverme a su antojo, yo era una muñequita en sus manos.
-día complicado?- pregunté acariciando su rostro para luego pasar mis dedos por sus cabellos, los cuales aun seguían un poco húmedos.
-ni lo menciones- se limitó a susurrar antes de empezar a depositar besos en mi cuello.
Reprimi un pequeño gemido cuando corrió a un lado mi sujetador para succionar mis pechos.
Con sus manos sujetaba mi cintura. Y sin saber en que momento se había deslizado la toalla de su cuerpo, Jimin ya estaba apoyando su miembro desnudo sobre mi entrepierna, que ya se encontraban algo mojada.
Empezó a descender sus besos marcando el recorrido por mi abdomen hasta que con sus dientes pudiera arrancarme el único trozo de encaje rojo que cubría mi cuerpo.
Sin pedir permiso, comenzó a pasar su lengua hábilmente alrededor de mi sexo.
Sé lo que están pensando, a esto le llamo trabajo? Recibir placer?
Pero así era Park Jimin, le gustaba complacer.
Se excitaba al sentir mi cuerpo retorciéndose bajo el gozó que me provocaba.
Después de varios tortuosos y agonizantes minutos, con su lengua jugando con mi clitoris; no fue hasta que sintió que ya no iba a aguantar por mucho más que decidió penetrarme, fuerte y rápido. Cada envestida hacía sacudir la cama de tal manera que el cabezal sonaba estrepitosamente contra la pared.
No duramos mucho ninguno de los dos hasta que se corriera dentro mio. (No se preocupen, tengo el DIU)
Descanso unos segundos sobre mi antes de sacar su miembro aun palpitante y se dejo caer del otro lado de la cama.
Espere unos momentos hasta recuperar el aliento, me levanté, tomé lo que había quedado de mi ropa interior y me dirigí a la puerta.
-lo hiciste muy bien- recibí una risita de respuesta ante mi susurro.
Y así me dirigí silenciosamente a mi cuarto.
Como habrán notado, los besos en la boca no están permitidos.
Y una vez terminado el trabajo, no puedo permanecer más tiempo en sus cuartos.

Me duche y me metí a la cama.
Los viernes podían considerarse mis noches fáciles.
No pensé en nada antes de quedarme dormida.

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