Las noches eran buenas cuando de ganar buena propina se trataban. Eran alrededor de las 03:30am de la madrugada del sábado y ya llevaba más de ocho mil wons de propina, no era mucho pero si lo suficiente para guardarlo y pagar sus deudas sin tocar de su salario.
El burdel de encontraba completamente lleno y como no, si la jefe del lugar se había encargado de enviar invitaciones privadas a las personas más importantes del país solo para mostrar a las nuevas chicas que estrenarían el escenario justo en el que era su día de descanso.
Se había molestado con Seulhi cuando lo llamó en la mañana. Había hecho planes para disfrutar su día en compañía de sus pequeños pero nada salió como lo planeado, ni si quiera quería asistir pero cuando escuchó que obtendría una buena paga por asistir al burdel, tuvo que pensarlo un poco, sin embargo, termino aceptando.
El micrófono recién tomado por la jefa, soltó un silbido ensordecedor para cualquiera, tanto así que tuvo que cubrir sus orejas mientras caminaba hacia una mesa.
Con la mejor sonrisa que pudo dar, preguntó que ordenarían los hombres, ya viejos y con canas por dónde se buscaran. Odiaba atender ese tipo de clientes, siempre buscaban coquetear con cualquier joven que pasara por su lado.
Aquella noche no había sido la excepción, tuvo que atender una mesa cinco veces en solo una hora, todos los tragos eran los mismos y el cliente ni siquiera había probado el tercer trago.
Estaba consiente de que solo era para ver si trasero, incluso se le había insinuado mostrando un fajo con dinero para pagar por una de las mejores habitaciones que había en el edificio.
Jimin ni lo dudó cunado tomó uno de los vasos sobre la mesa para arrojarselo en la cara al hombre, provocando que varias carcajadas se escucharán desde la puerta, eran los rudos tipos de seguridad que se acercaban para corroborar que todo estuviera en orden.
Fue una situación bochornosa, pero no sería la última vez que tendría que pasar por una situación parecida.
Él no tendría miedo a defender su dignidad mientras mantuviera a salvo a su familia.
—Jimin, la mesa cinco necesita de tus servicios—Uno de los chicos más jóvenes del burdel habló a su lado.
El rubio asintió cansado y con dolor de cabeza.
Observó la mesa que debía atender, su mirada se perdió en aquellos orbes oscuros y sonrisa pulcra. Dese aquel momento supo que la noche continuaría y por más estresante que fuera, debía terminar con su horario.
The Contract, finalmente ha regresado♡
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[The Contract ]_KOOKMIN_
FanfictionJimin nació en Seúl, siendo el primogénito de la familia Park, vivió junto a sus padres y hermanos desde niño, y fue feliz hasta el día en que su adolescencia comenzó. Vivió etapas dolorosas y difíciles de olvidar, la pérdida de madre y un embarazo...