Gulf es ciego desde los diez años, cuando un fatal accidente lo dejó huérfano y sin visión.
Criado junto a su abuelos y tras rechazar en dos ocasiones implantes oculares, luchará por superarse y conseguir sus ansiados sueños.
A sus dieciocho años, e...
Tras un par de semanas en casa, luego de salir del hospital, Gulf inmensamente feliz, admiraba la hermosa vida que tenía ante sus nuevos ojos.
Dando un paseo matinal por los alrededores, el chico y su adorada abuela, disfrutaban del paisaje.
...-Ay abuela, todo es más bonito de como lo recordaba...el cielo, las naturaleza, los animales...es genial poder verlo de nuevo.
-Claro mi niño, todo esto estaba esperando por ti...para que tú algún día lograras volverlo a contemplar.
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Días después, tras haber estado un mes ausente, este volvió al campus con mucha ilusión pues estaba deseando conocer las caras de todos a su alrededor, su aula, su habitación y sobre estudiar con los mismos libros que los demás estudiantes.
Tras haber recibido una llamada del director, el día anterior, Gulf se dirigió primeramente al despacho de este.
....-Bueno pues debido a que tu situación a cambiado, ya no puedes disfrutar de las ventajas de la beca especial, la cual será dada a otro alumno de la lista.
-Pe-Pero entonces, ¿ya no podré estudiar aquí?-preguntó esto con el alma en un puño.
El hombre asintió.
-Si, podrás seguir aquí pero como un estudiante ordinario...tendrás que comprarte los libros de las materias o sacarlos de la biblioteca como mejor te convenga y por supuesto tu guía será asignado a a ese nuevo alumno especial.
-¿Y que hay de la habitación?
-Pues obviamente se la quedará su sustituto y debido a que la anterior ya no está disponible, deberá buscarse otro lugar o viajar a casa cada día.
Tras salir del despacho, el moreno caminó bastante molesto pues a pesar de haber recuperado, todo se le estaba complicando.
Con su maleta, este se sentó en uno de los bancos del campus, intentando pensar que hacer a continuación con du situación.
-Gulf, eres tú-Habló una voz conocida a sus espaldas.
-¿AA?
-Oye Estás genial y tus nuevos ojos son preciosos.
El moreno estaba sorprendido pues su antiguo guía y compañero era muy guapo y con un encantador carisma, el cual antes no había percibido.
-Me alegro mucho por ti Gulf...aunque fue por poco tiempo, voy a extrañar mucho no ser tu guía.
-Bueno pero podremos seguir siendo amigos ¿verdad?-preguntó el moreno algo cohibido.
-Claro... además, ahora que ya no estás tan malhumorado y triste podré contarte algo importante.
-¿Sobre qué?
-Hay un chico que me gusta mucho desde hace tiempo pero me intimida y no sé como acercarme a él.
-Buff pues yo de chicos no sé mucho-dijo Gulf sonriendo-...mejor deberías preguntarle a otro.
El mayor rió.
-Bueno, tú eres él único que conozco que ha estado a su lado y por eso quiero saberlo todo sobre él.
Gulf lo miró con confusión.
-¿Quién? ¿yo?
-Si tú...por favor amigo, cuéntame todo lo que sepas sobre Mew.
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Luego de irse este y dejarle con un enfado mucho mayor, el moreno decidió llamar a su abuelo para que viniese a por su maleta.
De repente sintió una mano en su hombro y al girarse vio a un chico más bajo que el y con uniforme de futbolista.
-Hey chico especial, ¿ya estás aquí?
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El moreno se despidió de su abuelo y tras mirar al chico, intentó reubicar dicha voz pero no lo consiguió.
-¿Te conozco?
-Soy Mild.
Gulf asintió.
-Ah si... oh perdona por no haberme dado cuenta, la verdad es que estoy un poco despistado y además hoy no hago más que recibir mañas noticias.
El más bajo lo miró con cierta confusión.
-¿Qué pasa?
Gulf resopló.
-Bueno pues debido a que ya puedo ver, me han quitado del programa y me he quedado sin material, sin compañero y sin habitación y bueno más cosas que mejor ni te cuento.
-Oh vaya menudo problema.
-Si, lo es...he llamado a mi abuelo para que venga a recoger mi maleta y bueno con el material veré que puedo hacer....la verdad es que me gustaba vivir aquí.
Mild lo miró nuevamente y entonces se rascó la nuca algo indeciso.
-Oye yo sé quien tiene un lugar disponible pero no sé si tú querrás.
Gulf le sujetó el brazo con ligera ilusión.
-¿En serio sabes quien tiene una habitación libre?
El más bajo asintió.
-Si pero...
-Llévame allí por favor, quiero preguntarle si me dejaría quedarme.
Este asintió con una sonrisa algo incómoda pues estaba seguro de que al haber abierto su bocota de nuevo, esto le iba a traer serios problemas.
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