Addicted to U [EN EDICIÓN]

Capítulo 2: No siempre se empieza con el pie derecho

¡Bonjour criaturillas de la creación! Hoy al ser 30 de Abril, Día del Niño decidí adelantarles capítulo y traerles un presente en este día para que festejen con su niño interno, independiente si en el país que me leen no se celebra, ya se hizo o se hará posteriormente :D La cosa es echar pachanga LOL.

¡Besos y abrazos bien fuertes para todos!

P.D.- La actualización de esta historia será cada domingo.

P.D.- Solapard, significa "cabrón"; ya la pillarán en la historia :3

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El período escolar recién había iniciado. No obstante, la mayoría de los estudiantes se encontraban atareados entre el proceso de adaptación y el exceso de tarea que los maestros dejaban sin compasión alguna; también estaba el tema de las actividades extracurriculares que tenían su propio peso dentro del promedio general de cada estudiante.

Existía desde el club de cocina hasta el más inverosímil de ellos. Asimismo estaban los más concurridos; en los que todos querían estar para resaltar y tornarse terriblemente populares.

Y como era de esperar, siempre se presentaban conflictos entre determinados clubes; especialmente cuando de espacio se trataba.

—¿Qué es lo que se supone que están haciendo ellos aquí?

Exigió saber Kagami recién que entró al gimnasio con su mochila sobre el hombro. El resto de sus compañeros yacía a escasa distancia del centro de la cancha de baloncesto.

—Oh, Kagami-kun, llegas tarde.

—¡Ya te dije que dejes de aparecer de la nada, Tetsu! —Le gritó, aterrado. Jamás se acostumbraría a la escasa presencia que poseía—. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué está aquí el capitán de kendo?

—Al parecer algo ocurrió con el gimnasio que les asignaron y los han mandado aquí para que lleguemos a un acuerdo sobre el uso de este lugar.

—Tienes que estar bromeando.

—Yo nunca bromeo, Kagami-kun.

—Aquí está el capitán del Club de Kendo —se oyó una voz femenina. Al parecer un grupo de tres chicas había entrado justo detrás de Kagami— ¡Kimura-san, necesitamos hablar con usted!

El aludido era bastante alto y robusto, propio de alguien que ha practicado por largo tiempo el noble camino del sable. Inclusive llevaba puestos los aditamentos y vestuario propiosde ese deporte.

—¿Qué es lo que sucede? En este momento me encuentro resolviendo un asunto importante con los chicos del Club de Baloncesto —habló el mencionado mirando a cada una de las tres chicas.

—Requerimos que el capitán del Club de Kendo apruebe la apertura del Club de Kendo Femenino —expresó la más alta y decidida de las tres.

—¿Ah? ¿Un club de kendo femenino? Deben de estar bromeando. Con nuestro club es más que suficiente. No requerimos que un grupo de niñas estén por allí blandiendo una espada de madera. —Señaló con hosquedad quien estaba pecando de machista—. Así que olvídenlo.

—De igual modo tendrían que probar que su capitana es lo suficientemente buena y experimentada para que pueda entrenarles adecuadamente. Por lo que tendríamos que probar sus habilidades —masculló el que era el segundo al mando.

—Lo único que tienen que hacer es firmar y listo. Nosotras ya tenemos otro sitio donde practicar por lo que no tendríamos disputa con el gimnasio ni nada por el estilo —agregó la segunda chica.