capítulo 40

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—Estoy nervioso, estoy muy nervioso, ¿qué tal que se me olvida? ¿y si tropiezo? ¿y si no les gusta? —murmura Jungkook caminando de un lado a otro y tomo su mano para frenarlo porque de otra manera toda su negatividad hará que lo haga mal.

Él me mira con sus ojos de cachorro y me pican los labios por llenarlo de besos mientras me pide que pare con su risa de niño.  Me abstengo porque estamos en los camerinos y no es correcto. 

Luce precioso, su ropa de presentación es blanca, y es como ver a un mismísimo ángel. Bueno, Jungkook es lo más parecido a uno.

—Amor, lo harás bien, ¿de acuerdo? Eres un buen bailarín —dije tratando de reconfortarlo tocando sus mejillas suavemente. 

—Lo dices porque soy tu novio y te gusta que te baile —murmura con un mohin y moja sus preciosos labios nervioso, a este punto se va a secar, pienso.

Y aunque es cierto lo que me dice, que me encanta que me baile, aparte de eso Jungkook tiene el poder de que las personas queden encantadas con sus movimientos.

—Lo digo porque es cierto —aclaré dando un golpecito en su nariz. —. Deja de estar nervioso, ¿de acuerdo? Porque lo harás muy bien.

—Vale —dije suspirando acercándose para besarme cortamente despreocupado de ese gesto. Se separó para caminar hacia el espejo y mirar su rostro, tocando sus mejillas suavemente. Se miró los ojos delineados y luego tomó una bocanada de aire cuando anunciaron su nombre.

—Todo estará bien, Jungkookie —vuelvo a decir, él asiente. —. Ya me voy, tengo que ir a mi asiento —le digo suavemente comenzando a caminar hacia el pasillo de afuera, él me jala del brazo corriendo para abrazarme y besarme en los labios de forma repetida y corta.

—Sólo era para suerte —murmura y yo me río por lo adorable que es. 

•••

Jungkook

—¡Estuviste grandioso! ¡Estuvo increíble, kook! —Haerin no me suelta cuando salí del camerino, y aunque estoy sudado y agitado, ella se esmera en besarme las mejillas y abrazarme mientras me halaga.

Estoy acostumbrado a que Haerin noona sea así de pegajosa conmigo, pero mi vista trata de buscar a Taehyung para abrazarle y que me diga si estuve bien, porque necesito escucharlo de él.

Solo le necesito a él. 

—Gracias, noona —devuelvo una corta sonrisa y luego viene Jimin y mi madre, con mi padre detrás y no me acostumbro a que él me vea bailar y que esté de acuerdo. Es raro, pero me hace sentir bien.

—Estuviste muy bien, cariño —mamá me abraza y besa mi frente sudorosa con cariño. Yo sonrío asintiendo.

—¡Jungkook jamás pensé verte bailar de esta forma! Eres muy talentoso, te lo guardabas bien —Jimin es el próximo, y da un golpe en mi frente sin fuerza. Ojeras pequeñas lucen debajo de sus ojos y se me hace extraño, porque Jimin es pura alegría,  amarillo y soles.

Quiero preguntar, pero desisto quedándome en silencio y haciendo reverencias a la próxima ola de halagos.

No sé dónde está Taehyung, y algo en mí se retuerce.

Salgo por el pasillo secando mis manos en la toalla y camino mirando hacia los salones, pero es imposible que estuviese por ahí, ¿qué sentido tendría?

Entonces...¿él no me había visto bailar?

No quería armar falsas suposiciones y que mi corazón sufriera por ello, pero me estaba siendo totalmente imposible porque era muy extraño. ¿Él se había ido?

Mi vista lo enfoca en un salón de ensayo, hablando por teléfono y revolviendo su cabello haciendo un desastre. Frunci las cejas entrando, buscando una explicación silenciosamente.

Sabía que tenía planes de trabajo, y que probablemente estuviese pensando y hablando de ello, pero era suposición, solamente él me podría dar la verdad.

Me crucé de brazos en la puerta y él se giró hacia mí, se sorprendió de verme y luego se despidió de la otra persona por el teléfono.  Bajó la mano de su cabello y se acercó hacia mí para darme la mano y besarme, pero me hice para atrás antes de que me tocase.

—¿Qué haces? —cuestioné.

—Una llamada de trabajo, cariño. Y si te he visto bailar —aclara antes de que yo le diga algo, siempre se adelanta. Él siempre sabe qué es lo que yo diré y no sé si eso me agrada; que me lea como a un libro.

Frunzo los labios no muy contento con su respuesta, porque no había ido a verme después de la presentación y aunque sé que su trabajo es algo muy importante me siento menospreciado. 

—En serio estuve viéndote, cielo, ¡lo hiciste increíble! No dudé de ti ni un segundo, y creo que todos quedaron muy impresionados por tu talento —muerdo mi labio dudando y luego inflo las mejillas.

—Bueno, gracias —murmuro. Su mano toma la mía restante y juega con ellas inquieto. Taehyung me sorprende cada vez más, porque parece y la mayoría del tiempo es muy recto y decente, pero otras veces puede ser tan guarro o infantil que marea que sea tan repentino su cambio de actitud.

—¿Qué te parece....si te recompenso? —su tono de voz vuelve a cambiar y mi cara ha de estar muy arrugada por la confusión. Su voz ha sonado grave y baja, y su mirada se vuelve algo oscura y misteriosa. Ladeo la cabeza.

—¿A qué te refieres? —pregunto y él infla su mejilla con la lengua caminando hacia atrás con confianza mientras jala de mis manos con él. 

—Has sido un buen chico, y lo hiciste bien, Jungkookie. Mi recompensa por ello, va a ser muy especial para ti —dice humedeciendo sus labios secos. Me río nerviosamente porque no entiendo a lo que se refiere, y Taehyung resulta siempre ser una caja de sorpresas.

Una caja llena de perversiones y cosas que en un futuro recordaré con vergüenza.

—¿Y qué es? —cuestiono, su espalda choca contra el espejo de la sala, y veo unos segundos mi reflejo, para luego mirarle a él con una sonrisa ladina, mientras infla su mejilla con su lengua en un gesto demasiado atractivo. 

Sé que sabe que yo sé cuales son sus intenciones, y parece demasiado contento, aún así parece querer decirlo; hacerlo real y eso hace.

—Como te has portado muy bien, cariño, te daré la mejor de las recompensas —vuelve a decir con su típica emoción cuando se trata de una propuesta indecorosa. —. Cumpliré una de tus fantasías, que si mal no recuerdo, es hacerlo contra el espejo.

Tócame | Vkook+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora