ᴛʜᴇ ᴘʜᴏᴛᴏɢʀᴀᴘʜᴇʀs' ᴄʟᴜʙ.

Sinopsis.

- Dios mio~ - dijo el menor viendo hacia el techo mientras montaba a él subdirector, se encontraban en el escritorio de su oficina.

- Ahh, joven Choi, si sigue así... Su club- no le permitió terminar ya que empezó a succionar en la parte de su cuello.

Media hora después, Youngjae salió de aquella oficina con un gran fajo de billetes y la adrenalina en su corazón, al fin podría comprar aquel sofá masajeador para el club menos descuidado de él instituto.

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-No te preocupes mamá, solo vino a darme el beso de las buenas Noches- dijo al ver a su madre fuera de su habitación y le sonrió a aquel chico que se dirigía a la puerta.

Aquella mujer suspiro cansada, era la quinta vez en la semana que Jaebeom metía a un chico a la casa sin el permiso de su madre a hacer quien sabe que; aún que no sería mucho secreto considerando que siempre salía sin camiseta.

-Lim Jaebeom, es suficiente, te lo dije y no me hiciste caso, te irás de esta casa por que si no cambias acabarás como todos los trabajadores, sin ofender, cariño- dijo la mujer exasperada hacia su hijo y el mayordomo.

Jaebeom era un mantenido, con 27 años no había encontrado un trabajo, se había cambiado de carrera unas 4 veces, añadiendo un año sabático, ya que el niño estaba demasiado estresado, desperdiciando su joventud en fiestas, alcohol y desorden, o así lo veía su madre.
Había considerado que meterlo a uno de los colegios más privados y seguros de su comunidad pero no tenía en mente que era básicamente un internado, un buen internado, así que le había hecho saber que si volvía a hacer algo considerablemente inapropiado para una familia de alta clase, lo mandaría a corregirse a un instituto con alta seguridad y clase...

Y alta clase...

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