A pesar de que los sándwiches de queso se habían quemado sólo de un lado, ese éxito en la cocina no bastó para subirle el ánimo a Aracely. Suspiró, recogió la bandeja con los sándwiches distribuidos de forma artística, dos servilletas y los llevó al salón para reunirse con su amiga Ángela, que se negó a dejarla cancelar su habitual noche de Grey’s Anatomy.
Aracely y Ángela eran buenas amigas desde sus días en la exclusiva escuela secundaria de monjas, ambas habían estudiado Dirección de Hoteles en la universidad, para ponerse a trabajar en Coronel Resort Corporation a las pocas semanas de graduarse. Ángela ya era la ayudante de dirección del hotel de Brasil, mientras Aracely trabajaba en administración, dirigiendo el departamento de promoción de la empresa. El hecho de que fuera la ahijada de Eduardo Coronel significaba que la gente tendía a pasar por alto su cualificación, pero hacía tiempo que había superado las acusaciones de nepotismo. Era buena en su trabajo, y si otras personas no percibían su dedicación o su agradecimiento por el prestigioso puesto que ostentaba, era su error. El hecho de considerar su actual carrera como algo temporal, aspirando a los papeles más duraderos de esposa y madre, no quería decir que no le gustara su trabajo; únicamente anhelaba un futuro distinto.
No hacía falta un psicólogo para descubrir que las ganas por formar parte de una unidad familiar compacta nacía de haber perdido a sus padres a la edad de seis años, y así como quería a Eduardo Coronel, y siempre le estaría agradecida por ocuparse de ella y tratarla como si fuera su propia hija, en realidad no era familia. Y tampoco Jorge, a pesar de que prácticamente habían crecido como hermanos. Además, ¿quién querría estar genéticamente relacionada con un idiota de mente estrecha, egoísta y santurrón como él?
-Me encanta el sofá, Aracely. Tienes un toque especial para la decoración (Aracely dejó la bandeja en la mesita junto al vino y logró sonreírle a su amiga mientras se dejaba caer en el rincón del sofá en cuestión, tapizado de amarillo y blanco). Las clases de cocina deben estar funcionando (comentó Ángela). Sólo se te han quemado por un lado.
-Experimenté con una mezcla de quesos gruyere y roquefort. Dime qué te parecen (alargó la mano para recoger la copa de vino).
-¿Tú no vas a tomar ninguno? (su amiga frunció el ceño).
-No podría. Estoy demasiada deprimida para comer.
-¿Deprimida? Antes me dijiste que querías cancelar nuestra reunión porque estabas demasiado enfadada para ver la tele.
-Y lo estaba. Ahora me siento deprimida.
-Porque Jorge no te quiso ayudar con Brian?
-¡No! (exclamó). ¡Eso me pone furiosa!
-Cielos, no me tienes que arrancar la cabeza de un mordisco...
-Lo siento, Ángela (suspiró y se reclinó en el sofá), no pretendía saltar contigo. Es que no he podido ponerme en contacto con Brian desde anteayer; no se lo espera de vuelta en la oficina hasta dentro de dos semanas.
-Ah, la luna de miel.
-¡Ángela! ¡Brian y Karen no están juntos! Simplemente se tomaron las vacaciones al mismo tiempo por las apariencias. No se tiene una luna de miel con un matrimonio de conveniencia.
-¿Y eso?
-¡Porque no habría nada que hacer, desde luego!
-Por todos los santos, Aracely, tú no eres tonta (Ángela se echó el largo cabello castaño hacia atrás). Nada dice que el sexo no puede ser conveniente (sonrió). En realidad, la idea de tener a un chico atractivo bajo contrato me parece excitante.
-¡Eres tan mala como Jorge! ¿Por qué nadie puede aceptar que Brian y Karen no están interesados en una relación física?
-Porque... (el tono que empleó su amiga por lo general lo reservaba para aclarar bien las cosas) ...Brian Carrillo es arrebatador y Karen podría trabajar como modelo si alguna vez necesitara dinero.