II

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Observando a mi alrededor podría decir que construí una gran casa, hice de un viejo terreno lleno de maleza un templo al que solía llamar hogar. 

Hogar, así es como debe de llamarse el lugar que produce calidez, sentimiento de pertenencia y protección, entonces... ¿porque yo no puedo sentirme de ese modo ahora mismo? no importa por donde lo vea, haber sido secuestrado por el fantasma de un lunático ya era perturbador, pero el lunático incluso conocía mi dirección y de la forma más cálida hizo que mi auto anduviera solo todo el trayecto.

—¿podrías dejar de husmear en mis pertenencias?—

SeHun, no volteó siquiera a verme y continuo agachándose y revisando los libros en mis repisas, parecía entretenido, pero él no estaba simplemente perdiendo el tiempo, podía ver que no se centraba en mis pertenecías superficiales, esas que están en cada casa solo porque sí. SeHun inspeccionaba a detalle y para atentado contra mi salud mental el hombre parecía reconocer a la perfección cuales objetos entraban en esta categoría y cuales no.

-"¿Hamlet?"

Rodé los ojos ante el brillo de coquetería en sus ojos al preguntar aquello mientras tomaba el libro como si el objeto no pesara en absoluto, SeHun no tenia pinta de haber muerto hace mucho, eso considerando que tuvo tiempo de acostarse con la víctima del caso actual, entonces ¿en qué momento aprendió a sujetar objetos materiales? 

Los fantasmas poseían diferentes etapas de transición, las había aprendido a lo largo de los años. 

La primera: el fantasma aún no sabe que esta muerto, trata de comunicarse con los vivos pero todo intento le resulta inútil, no puede establecer contacto directo con nada perteneciente a nuestro plano astral.

La segunda: el fantasma se hace consciente de que dejo de ser una presencia perteneciente al mundo de los vivos, generalmente en esta etapa muchos de ellos de deprimen, pero SeHun por donde lo vea hasta luce cómodo con el hecho de estar... muerto.

La tercera: el fantasma tiene su primer encuentro en el ángel de la muerte, muchos de ellos -los más sumisos- acceden y acuden al primer llamado del ser y este los guía hacia su siguiente existencia, el denominado "cielo". SeHun no luce como el tipo de chicos a los que un ángel suele guiar al "edén".

La cuarta: el fantasma logra escapar del ángel de la muerte, desea aferrarse a su "vida", se niega a aceptar que su existencia es un mero bache a la orilla de la carretera, una inutilidad que pocos notaran porque su relevancia dejo de hacer mella en la vida de alguien. Ante el afán de desear aferrarse los fantasmas empiezan a aprender a manipular objetos físicos, cosas simples como mover una tapita de refresco bien podría llevarles meses de arduo esfuerzo.

SeHun por su parte acaba de abrir las cortinas de mi casa y se acomodo en el sofá con el libro de Hamlet entre sus venosas manos tatuadas, bien podría decir que se esta concentrando pero pronto me busca con la mirada, parece que esta disfrutando de mi desconcierto.

La quinta etapa se atribuye a los fantasmas veteranos, esos que habitan en las casas que se consideran embrujadas o malditas, pueden manipular objetos mas pesados y crear ilusiones de fuertes sonidos, estos están en una etapa previa a demonizarse. Son criaturas fáciles de identificar, su aura ya no es brillante, mas bien opaca o casi inexistente. EL aura de SeHun es de un color negro vibrante, aunque solo me dejo verla por breves segundas, eso me aterra, él es el único no vivo que he conocido capaz de ocultar su aura y de jugar con mis sentidos.

-"¿terminaste de estudiarme? quizá deberías de tomar apuntes para que no tengas que volver a sentarte mañana de nuevo a observarme como si fuese alguna clase de ornitorrinco ancestral hablando en mandarín, aunque no me molesta, sería problemático si te enamoras de mi"- 

ShadEs - SeBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora