Anh dejó el peluche que Jaemin le había regalado en su cama, acostado en medio de sus cojines. Observó con ternura al muñeco para luego acostarse en medio de su cama.
Las palabras de Yuta seguían rondando en su mente como un mantra sin fin.
"Jaehyun y DoYoung lo saben"
¿Saben qué? ¿Acerca de Jeno? ¿Jaemin? ¿Lo de TaeYong? Con un sentimiento de pesadez se levantó de su cama. Debía encontrarlos para así poder hablar con ellos.
Tomó las llaves de su auto hasta bajar a la cocina. Su madre hablaba de algo con su padre, parecían melosos y confidentes.
-Anh, ¿a dónde vas? -preguntó su madre detrás de ella. Se tensó al no haber sido del todo discreta.
Rápido, Anh. Di algo.
-Voy... Ah... Con Jaemin- respondió titubeante.
-Pero lo acabas de ver, ¿no te regaló el peluche? -llegó su padre. Anh miró a sus padres que cada vez parecían más confundidos y desconfiados.
-¡Si! P-pero -trató de explicarse. -Me descubrieron -sonrió apenada -Iré por una malteada, me quedé con hambre-
La sonrisa de sus padres la hizo sentir mal.
Nunca les había mentido, se sentía tan mal, pero debía encontrarlos. ¿Por dónde empezar? se despidió de sus padres y subió rápidamente a su auto para empredner viaje a la cafetería cerca de su universidad, donde los había visto la primera y última vez.
-Por Dios, Yuta. Ayúdame -lanzó una plegaria al cielo, esperando esa ayuda divina. Al cabo de unos minutos, llegó a la cafetería. Estaba medio vacía.
Cerró su auto y se dirigió a la entrada, pasando con un leve saludo, una mesera le sonrió levemente, indicando una de las mesas vacías.
-Gracias- hizo una pequeña reverencia, caminando hasta la mesa donde había estado con sus amigos. Se sentó y tomó el menú. En realidad no se le apetecía nada, pero debía disimular.
-¿Está lista para ordenar? -un chico de cabello castaño chocolate y sonrisa tierna la saludó. Anh miró el menú de nuevo.
-Uh... Una malteada chica de chocolate, por favor- sonrió con cortesía. El chico asintió y anotó la orden para retirarse con entusiasmo. Anh lo miró bien, lo reconocía de su clase de baile.
Quizá Kim JungWoo, no recordaba bien su nombre.
Miró a su lado, donde las personas caminaban por la banqueta, tan felices e ignorantes de los peligros de otros mundos, otros seres.
La campana de la puerta la alertó, pero no quiso voltear tan de repente. Con disimulo miró los cuadros a su derecha, como si los admirara, dos figuras se acercaron, pasando a su lado y sentándose a su lado, al otro lado del pasillo.
Anh desvió su mirada al ver que no eran. La decepción aplastándola con fuerza.
El chico de sonrisa tierna se acercó y le entregó su malteada para luego retirarse. Anh dio un sorbo, encantada por el fuerte sabor a chocolate.
Con un poco de impaciencia, tomó su celular y comenzó a revisar las redes sociales. La primera foto en salir en su IG fue una foto de ella, en la cuenta de Jaemin. Sonrió con ternura, ni siquiera se había dado cuenta.
-Toda mi vida te estuve buscando, simplemente estabas frente a mí, sonriendo.
La sonrisa de Anh se borró poco a poco. Si Jaemin supiera que era tan cierto. Tal vez sus almas ahora estaban unidas. Pero ¿un ángel tenía alma? No lo creía, pero tal vez era así. Nunca había sido devota a nada, pero ahora... No sabía qué creer.
Algo estaba claro, ella sería un ángel para cualquiera que la necesitara.
La campana de la puerta la volvió a alertar, pero al oír voces femeninas, siguió en su búsqueda vacía en redes sociales, brincando de aplicación en aplicación.
Con un suspiro de cansancio, miró el vaso vacío de la malteada. Ni siquiera se había dado cuenta cuando la terminó. Miró la hora, con asombro.
2 horas sentada ahí.
Con resignación, se levantó y caminó hasta la caja registradora donde el chico castaño tarareaba algo lindo. Una voz linda. Una voz de ángel. Sonrió con ironía.
-Hola, sólo la malteada, por favor -dijo Anh sacando dinero de su bolso. El chico asintió, tecleando en la pantalla y sacando un ticket. -Aquí está -le entregó el dinero y tomó el ticket.
-Lee AhnRim, ¿no? -dijo el chico antes de se fuera. Anh se quedó un momento quieta, para luego mirarlo y sonreír mientras asentía.
-Kim JungWoo, de la clase de baile -se señaló. Anh asintió, sin saber a qué venía eso. -Te he visto algo nerviosa -dijo un poco apenado. Anh se paró recta, el aura de JungWoo se volvió algo... Tensa.
-Si... Esperaba a unos amigos -entre cerró sus ojos levemente, casi imperceptible. JungWoo mordió su labio, tan tierno.
Demasiado tierno.
-Creo que buscas a DoYoung y a JaeHyun- le dijo un poco más envalentonado. La postura de Anh titubeó un poco.
-¿Cómo sabes? -la voz de Anh era dulce, pacífica. Cerca de la paz.
-Te vi mirándolos. Algo me dijo que estabas interesada en ellos -los puños de Anh se apretaron en sus bolsillo, pero su rostro seguía pacífico como el mar.
Pero sabemos que el mar tiene sus momentos de tempestad.
-No tengo ese tipo de interés -se defendió. La mirada de JungWoo cambió a una más amistosa, casi apenado de nuevo.
-Oh, yo pensé que... - sus mejillas se volvieron rosas pastel. Anh se contuvo a pellizcarlas. ¿De dónde había salido éste ser tan puro?
-Son unos viejos amigos -sonrió un poco más calmada. La voz interior que gritaba en su interior se calmó rápidamente.
-Lamento esto. Pensé que alguno de ellos te gustaba- mandó un mechón de su hermoso cabello detrás de su oreja rosada. -Ellos son muy cautelosos en ese aspecto -
-¿En qué aspecto? -se acercó un poco más. JungWoo miró por todos lados, acercándose por encima del recibidor.
-Sobre su relación amorosa- susurró, haciendo eco con su mano.
¿¡Relación amorosa!?
Holaaa, tanto tiempo sin escribir.
Tuve un bloqueo horrible de inspiración, pero he vuelto.
Si sigues aquí, leyendo esto, te lo agradezco mucho.
Espero estar actualizando habitualmente, he tenido mucha inspiración últimamente.
Espero que estés san@, y toda tu familia.
Ánimos en estos tiempos!!
Angel vuelve poderoso.
Gracias por leer 🌸