Camino en dirección al pasado,
aunque me haga sentir miserable.
Dirigiéndome hacia aquel gentil árbol
que alguna vez nos ofreció su sombra como refugio.
Ya estoy aquí, me siento, respiro.
Acaricio el verde pasto que,
alguna vez sostuvo la inmarcesible belleza
de tu cuerpo y de tu alma.
Como si aún fuera posible tocar algún vestigio de tu presencia.
Ya estoy aquí, te siento, te respiro.
Observo los fértiles viñedos que bordean el horizonte,
sus uvas pintan y decoran la flora del lugar,
como tus pecas adornan y hermosean tu cándida piel.
Y por encima fluye un melancólico atardecer que,
se asemeja al crepuscular color de tu cabello.
Ya estoy aquí, lo siento, me cuesta respirar.
Siento la brisa del sur humedecer mis poros.
Y recuerdo tus esbeltos labios
con sus idílicos besos
que humectaban mi todo.
Lamentablemente hoy
tus recuerdos solo son
fatídicos versos
escurriéndose en el lodo.
Ya... ya... estoy a... aquí, no quiero sentir, no... no puedo res... respirar.
Aquel valle sopla un viento frío
que atraviesa las grietas de mi corazón.
Mientras me desplomo sobre el verde pasto que,
alguna vez sostuvo la inmarcesible belleza de tu cuerpo
y de tu alma.
Como si aún fuera posible fallecer sobre los vestigios de tu presencia.
Tu recuerdo está aquí, lo... lo puedo sentir, no... no me deja respirar.
Con mis últimas fuerzas
sonrío observando los viñedos.
Hoy son ríos de lágrimas regando sus suelos.
En nuestra tierra roja y rojo cielo,
el árbol me entierra sus hojas,
cierro mis ojos y m
u
e
r
o.
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Tus vestigios en los viñedos
PoetryLuego de recibir la triste noticia de que solo le restan días de vida, un hombre decide visitar el campo en donde conoció a su verdadero amor. Allí, sus últimos alientos se funden con la esperanza de encontrar algún vestigio de su amada.