Al pisar las arenas de Nastrand me doy cuenta que este será un desafío para mí. Desconozco si otro mortal ha llegado aquí antes, dudo mucho que los Mercenarios de Hel hayan tomado este desvío.
Debería sentirme afortunada.
Tal como dijo Vördr, aquí hay una gran cantidad de cadáveres recostados, con serpientes de color negro en sus cuerpos reclamándolos como parte de su propiedad.
Todos parecen ignorarnos por completo, puedo ver en sus rostros demacrados y calavéricos la agonía de estar en un eterno limbo entre la vida y la muerte que ya no les importa nada a su alrededor.
Mientras camino, pienso que debería sentir piedad por ellos, pero no. En vida, éstas personas fueron criminales y seres despreciables que no merecen ninguna clase de perdón.
Aún así, no me siento muy convencida de este pensamiento, ya que seré quien envíe a todos los maleantes cuando me convierta en mercenaria.
— ¿Estás bien? — Vördr me dirige la palabra - Parece como si no estuvieras aquí, ¿Ocurre algo?.
— No lo sé, siento algo de lástima por estas almas quienes terminaron aquí, pero creo que es el castigo que merecen por llevar una vida tan impura.
— Si esperas convertirte en una mercenaria, deberás ignorar tales pensamientos Iduna, tú serás la jueza en el mundo de los vivos, serás quien envíe a éstos hombres por el bien de los demás.
— Dudo mucho que sea una justiciera, seré una asesina a sueldo que podrá ser absuelta de sus crímenes al morir.
— Todavía estás a tiempo de arrepentirte, piénsalo bien.
— No, esto es lo que quiero. Quiero convertirme en una mercenaria, es cuestión de honor.
Me adelanto y recorro lentamente estas arenas con precaución, intentando no tocar a las personas quienes yacen aquí.
En el fondo siento lástima por ellos.
Se oyen las olas del mar de Nastrand, en general no es muy diferente a Arendelle en donde el mar golpeaba con fuerza el roquerío.
Sería una postal más o menos agradable si no fuera por que en el agua hay algunos restos humanos como brazos y torsos, además de algunos cuerpos ya en un avanzado estado de descomposición.
¡Por los Dioses!, ansío volver a Arendelle, debí disfrutar más de sus cálidas aguas cuando niña.
Miro al suelo y observo que las serpientes están algo inquietas, miro también aquellas que se posan en los cadáveres y también parecen estar ansiosas.
Elevan sus cabezas y parecen como si estuvieran mirando hacía todos lados en busca de algo.
¡Cruaaac! ¡Cruaaac!
Oigo a algunos cuervos provenir desde el cielo.
De pronto, noto a Vördr que está a unos pasos detrás de mí. Su rostro denota concentración y sus dedos se mueven como los de una hechicera que trata de realizar un conjuro.
— ¿Qué ocurre? — Lo miro fijamente.
— Algo no está bien, el suelo se mueve — Mira por todos lados.
— Yo no siento nada.
— Será mejor irnos de aquí, tengo un muy mal presentimiento.
Cuando ya nos disponíamos a marcharnos, un olor estupefacto surge de aquellos cadáveres quienes agonizaban. Mis ojos lloran ante tal hedor.
De repente, observamos en el mar como una especie de serpiente gigante de ocho metros, con alas de color verde oscuro consume algunos cuerpos que flotan esas oscuras aguas.
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💀 Vιαʝҽ αʅ Iɳϝɾαɱυɳԃσ 💀
MaceraIduna, hija de Elsa y de (Y/N) decidió marcharse a los 18 años del Bosque Encantando la cual ella llamaba como su hogar. Ya han pasado 3 años desde aquel entonces y ahora deberá viajar al Inframundo para unirse a la antigua organización llamada Los...