Strade separate || Erick Pulgar.

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Él me miraba con una sonrisa divertida en el rostro y después se acercó a nosotros para saludarnos. Le presenté a Enzo y Alicia, esta última estaba como súper emocionada por conocer al futbolista.

Nos fuimos a sentar con ellos, resulta que Aky era de lo más simpática, me contaba que hace solo cinco meses habían abierto el club y hasta ahora tenían éxito, lo que era bastante obvio porque el ambiente era grato, buena música y excelentes jugos naturales.

—Flaca, yo te he visto en algún lado—dijo Felipe después de haberme estado observando por largos minutos.

—Puede ser, soy periodista—reí.

—No, tú eres polola del Lucas, Lucas Passerini, ¿o no?

Sentí una punzada en el pecho en cosa de segundos. No dije nada, me levanté, arreglé mi vestido y caminé hasta la barra.

—¿Qué vas a querer?—preguntó el bartender.

—¿Qué me recomiendas?

Me hizo una señal para que me esperara y después se puso a preparar algo, era demasiado ágil con las manos por lo que me costó un poco diferenciar las cosas qué estaba echándole. Cuando decoró con una rodaja de limón, me entregó el vaso con una bombilla. Bebí un poco.

—Cerveza de jengibre, vodka y jugo de limón.

Y es que Dios, era exquisito. El tipo se alejó de mi lado, agarré bien el vaso e intenté distraerme un poco, sola, hasta que sentí como alguien se sentó a mi lado.

—¿Estay bien?—escuché la voz de Erick. Asentí con la cabeza, sin siquiera mirarlo—Está claro que prácticamente es como si nos hubiéramos conocido recién, pero sé que algo te pasa.

Me tomé lo restante del vaso al seco y después hice una mueca, la garganta ahora me ardía un poco.

—Lucas es mi ex pololo, me cagó con una modelo argentina.

—¿Me estay webeando?—negué con la cabeza—Que lata, Nachi. ¿Cómo estay con eso?

¿Cómo estaba? No sé, ahora que lo preguntaba jamás me había detenido a pensar cómo estaba con eso, solamente quería morir y ya. Solté un suspiro y me corrí un mechón de pelo que me había caído en la cara. Y creo que Erick, de todo el tiempo que había pasado, había sido el único en preguntarme como estaba con eso, porque no recuerdo que mis papás o mi hermana me hayan preguntado algo.

—Sinceramente, no lo sé. Creía que aquí en Italia nadie lo conocía.

—Yo lo conocí, pero no tenía idea de ustedes. Harto hueón el Lucas, ¿cómo cambiai algo estable, de confianza y que te ama por alguien que no sabes cómo será el día siguiente?

—Llevan seis meses juntos—hizo una mueca—De todos modos, no creo que sepas de ese tema, no pareces alguien de relación, mucho menos que te hayan cagado antes.

—¿Cachai a la Giada?

—¿La tatuada?

—Sí, la misma—movió un poco el vaso de forma que los hielos chocaran entre sí—Era mi polola, terminamos hace dos semanas, ¿y sabí por qué?

—¿Te cagó?

—Sí, la pillé en la cama con otro hueón.

—Lo siento, Erick, hablé por hablar, no tenía idea...

—No había forma que lo supieras, era todo súper privado. Aparte ya estoy bien, estoy súper tranquilo—sonrió.

—¿De verdad estás bien?—asintió con la cabeza.